Verstappen corre sin rival
Max Verstappen se puede proclamar campeón del mundo este domingo en Marina Bay, si se cumple una carambola que comienza por un triunfo del propio piloto de Red Bull, una condición bastante factible si consideramos que el holandés ha logrado las cinco últimas victorias del Mundial, y un total de 11 de las 15 disputadas hasta hoy. Con estos numerazos, sólo es cuestión de tiempo ponerle fecha a la revalidación de su título en la Fórmula 1. Puede ser este 2 de octubre en el GP de Singapur, o puede ser el día 9, justo una semana después, en el GP de Japón. En un circuito o en el otro, a Mad Max le habrán sobrado cuatro o cinco carreras para coronarse, lo que demuestra su autoridad, y la fortaleza de su coche y de su escudería, ante un Ferrari con demasiados altibajos.
El desenlace del pasado Mundial, con aquel duelo directo en la última vuelta entre Verstappen y Lewis Hamilton, después de haberse pasado todo el calendario a mamporrazo limpio, a veces de forma literal, nos había dejado con el hambre de una edición con emociones parecidas a las de entonces. El cambio del reglamento, en teoría encaminado a igualar, añadía un aliciente más, que tampoco se ha cumplido. Hasta ahora sólo han ganado Red Bull y Ferrari. Ni siquiera Mercedes. Hubo algún momento, sobre todo al principio del Campeonato, que se vivieron sensaciones similares a aquel frenético pulso de 2021, pero con cambio de protagonistas. Charles Leclerc ganó dos de las tres primeras carreras y rivalizó sin complejos con el campeón. Pero fue un espejismo. Mientras que Red Bull fue evolucionando un coche cada vez más a medida de Verstappen, Ferrari se ha ido dejando oportunidades por el camino por fallos de fiabilidad, por malas estrategias, por chapuzas en el pit-lane, por errores de pilotaje… Al final, Max no ha tenido rival. La oposición se desinfló… sin ofrecer pelea.