Van Aert puede ganar el Tour

Wout van Aert es una de las estrellas del pelotón mundial, como demuestra ese casco de Red Bull con un patrocinio diferente al de sus compañeros del Jumbo. El belga, igual que otros coetáneos como Mathieu van der Poel, o ilustres del pasado como Rik van Looy, es un ejemplo de que un ciclista puede brillar sin coronarse en una gran ronda, aunque a cierta parte de la afición pueda sorprenderle todavía en países tan vueltómanos como España. Eso no quiere decir que Van Aert haga ascos a estas carreras. Al contrario. Las lágrimas de Van Aert después de ganar la contrarreloj de Rocamadour son un homenaje al Tour de Francia, después de sumar su tercera victoria, novena en total, vestido con un maillot verde que ha revalidado con récord de puntos, recién nombrado el Supercombativo de 2022, y de coronar a su compañero Jonas Vingegaard como campeón, en feroz duelo con Tadej Pogacar. Van Aert y el Tour se han honrado mutuamente. El belga puede ser grande sin el Tour, pero es más grande gracias a él. El Tour da un mayor altavoz a cualquier gesta ciclista.

La actuación estelar de Van Aert ha abierto el debate sobre si podría ganar un Tour, que ha crecido tras acabar tercero en Hautacam, después de estar fugado desde el kilómetro cero y de trabajar para Vingegaard. El propio Wout no rehuyó la pregunta: “Es un buen test para saber si puedo luchar por el amarillo”. Pero también dio otra clave: “No es igual hacerlo un día, que todos los días”. Si pule esa regularidad, y con su fortaleza puede hacerlo, podría perfectamente luchar por el objetivo. El problema no está tanto ahí, sino en la preparación específica del Tour, que le obligaría a renunciar a otros desafíos de la temporada, a algunas grandes clásicas como su perseguida París-Roubaix o al ciclocrós. Hay otro ciclismo que te engrandece en Bélgica. Quizá pueda planteárselo algún año, aunque no parece cercano.