OPINIÓN

Valencia vuela: “Ya sólo nos queda Berlín”

No hubo récord, no, pero sí el anuncio de que lo habrá más pronto que tarde, de que la ciudad española, bautizada la Ciudad del Running, ya está metida entre las grandes maratones del mundo.

El atleta keniano Kelvin Kiptum cruza la meta de la 42ª edición de la Maratón de Valencia con un registro de 2:01:53 horas, tercera mejor marca de todos los tiempos.
Kai FORSTERLING
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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La Maratón de Valencia tocaba tambores de récord en los días previos. Los pronósticos apuntaban especialmente a Letesenbet Gidey, que ya había batido en este mismo escenario los registros de 5.000 metros y de media. No hubo plusmarca mundial. Ni de Gidey, ni de nadie. Pero tampoco hizo falta para comprobar, una vez más, que los atletas vuelan en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. No hubo récord, decíamos, pero Valencia ya es la segunda maratón más rápida del mundo, tanto en hombres como en la suma de hombres y mujeres, en ambos casos únicamente por detrás de Berlín. Antes del domingo, la carrera española ocupaba el sexto puesto en el ranking combinado, así que ha devorado cuatro peldaños de una tacada. Kelvin Kiptum no superó el tope mundial, pero su crono de 2h01:53 es el tercero de la historia, sólo por detrás de dos mitos como Eliud Kipchoge y Kenenisa Bekele. Su portentoso debut en la distancia y sus 23 años de edad auguran, además, grandes conquistas. Amane Beriso tampoco batió ese récord que se esperaba de Gidey, pero su registro de 2h14:58 es el tercero femenino de siempre, detrás de Brigid Kosgei y Ruth Chepngetich, y delante de la legendaria Paula Radcliffe. La suma de los dos cronos coloca a Valencia en la segunda plaza del top de maratones, a sólo cinco segundos de la dominante Berlín.

No hubo récord, no, pero sí el anuncio de que lo habrá más pronto que tarde, de que la ciudad española, bautizada la Ciudad del Running, ya está metida entre las grandes citas de la distancia. Han sido 42 años de trabajo de la SD Correcaminos, empujada en los últimos tiempos por los recursos y las ilusiones de la Fundación Trinidad Alfonso, para convertir a Valencia en una maratón popular, con 21.813 atletas que cruzaron la meta, y, a la vez, en una maratón de élite. El grito de guerra que sonó este domingo era unánime: “Ya solamente nos queda Berlín”. Valencia vuela.

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