Valencia corre por Valencia
Hace algo más de un mes, en plena consternación por el trágico golpe de la DANA, la Maratón de Valencia valoró muy seriamente el aplazamiento o la suspensión de su 44ª edición. En aquel dramático momento, lo último en lo que podía pensar un valenciano, y en su extensión cualquier español, era en practicar deporte, y mucho menos en competir en un ambiente festivo. Pero todavía quedaba mucho tiempo para su disputa, y los organizadores de la Fundación Trinidad Alfonso decidieron, con buen criterio, que lo que había que hacer era convertir la Maratón en un tributo a los damnificados y en un evento de carácter benéfico. La Ciudad del Running iba a correr con los suyos y por los suyos.
Deportivamente, la carrera fue lo de siempre, que es mucho: una galopada excepcional para situar a su circuito como el más rápido del año, con ese 2:02.05 marcado por Sebastian Sawe, en recuerdo del malogrado Kelvin Kiptum, que dos años atrás paró el reloj en 2:01.53, antes de batir el récord mundial.
Socialmente, resultó otra cosa. Una cita entrañable con 35.000 inscritos, que se transformaron en 28.590 finalizadores, que recorrieron las calles valencianas con los 75 municipios de la comunidad afectados en su corazón. El Himno Regional sonó nueve veces, tantas como salidas hubo. El recorrido estuvo salpicado por senyeras, por crespones negros, por camisetas con leyendas… Y por mucho respeto. No fue una fiesta como la de otros años, pero fue algo mucho más grande. El pueblo en la calle corriendo por los suyos. Al término de la jornada, la Maratón recaudó un total de 189.622 euros por los damnificados, entre la donación de los organizadores y el dorsal cero del programa ‘Valencia corre x Valencia’. Y nunca mejor dicho. Valencia corrió por Valencia. Junto a todos nosotros. No hay que caer en el olvido.