Homenaje. El encuentro ante el Rayo Vallecano no era un partido más. Ni mucho menos. La semana había sido un tanto anómala en el Atlético tras el fallecimiento de Marcela Martínez, la madre de Correa, un futbolista muy querido en el vestuario rojiblanco. Hay jugadores que por lo que transmiten son especiales y Ángel lo es. En el inicio del partido se guardó un minuto de silencio en memoria de la madre del futbolista del Atlético. Y posteriormente sus compañeros hicieron lo que tenían que hacer: jugar un buen partido y dedicarle el triunfo a su compañero. Nahuel Molina corrió al banquillo tras marcar el 0-1 y mostró una camiseta con el nombre y el dorsal de Correa. Todos los jugadores del Atlético se abrazaron a Nahuel y mostraron el respeto hacia el punta argentino. El equipo de Simeone no podía fallar y sacó el partido adelante, aunque se durmió con el 0-2 y al final apretó el Rayo. Correa se merecía algo así. Para el choque ante el Almería seguro que Correa podrá estar y hacer lo que más le gusta y mejor sabe.
Persecución. El Atlético sumó tres puntos y se coloca a dos del Real Madrid. No ha sido una temporada muy buena, pero se puede animar en esta recta final. Ser segundo y quedar por delante del conjunto madridista es a lo que se agarra el equipo del Cholo. No es lo mismo ser segundo que tercero y eso lo saben bien en el vestuario del Atlético. Según pasan las jornadas y se ve la mejoría del equipo me da más pena que los de Simeone no estén en competición europea. Pero volvamos a LaLiga: el objetivo es superar al Madrid.
Emotivo. El partido dejó imágenes como ver a Camello y Falcao ante el Atlético y a Oblak haciendo historia al superar a Godín como el extranjero con más encuentros en la historia rojiblanca. Pero acabo como empecé. Y ahora para reseñar el buen comportamiento de la afición del Rayo Vallecano tanto en el minuto de silencio como en lo sucedido tras el 0-1, al aplaudir el gesto de los jugadores del Atleti. El Rayo también tiene otra manera de entender esto del fútbol. Enhorabuena a su afición.