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Una Selección con prisas

“En mi época, con Camacho o Luis, llegar a semifinales era un éxito. Hoy en día, por el nivel que ha dado España, sólo vale ganar”. En la primera entrevista concedida a AS como nuevo director de fútbol de la Selección el pasado mes de enero, Albert Luque marcó un nivel de exigencia que ya era obvio desde que a Luis Enrique no se le había ofrecido continuar después del Mundial. Si construir un nuevo e ilusionante grupo, finalista de la Nations League y semifinalista de la Eurocopa, no había sido suficiente después del batacazo contra Marruecos en Qatar, con Luis de la Fuente no va a bajar el nivel.

Aparentemente, esta es una Selección con prisas por volver a ganar y suelen ser malas consejeras. La SER desveló hace unos días dudas dentro de la FEF con la elección de un seleccionador que va a viajar a Holanda con una buena mochila de presión cargada desde dentro y desde fuera. A De la Fuente le va a tocar meterse en una burbuja y elegir muy bien su camino futbolístico y, también, de quién se rodea. A Luis Enrique se le echó mucho en cara no tener un plan B y un plan C, y eso está muy bien. Pero para empezar lo que hay que tener claro es el A. Eso es lo primero que tiene que empezar a definir la Selección.

Para el exigente test de la Final Four, De la Fuente necesita encontrar una columna vertebral. De momento, lo que se le ha visto es tirar de veteranía y buscar liderazgos. Jesús Navas, camino de los 38 años, es interminable, y Jordi Alba, 34, viene por Balde con el fenomenal bagaje de haber sido un ejemplo en el vestuario del Barça esta última temporada. Con el regreso de Unai Simón, sabremos si la apuesta de Kepa es provisional. Atrás, Le Normand y Laporte pueden mezclar bien y dar solidez. Pero, por su gran temporada en el City, donde Guardiola ha terminado de modelar un mediocentro perfecto, la Selección debe girar alrededor de Rodri a la espera de Pedri, reservado como no lo fue antes de los Juegos Olímpicos en 2021. Sorprende la caída de Ceballos, ojito derecho del seleccionador. Pero los tiempos cambian. Como los de la Selección, que ahora tiene prisa.