Una puñalada de Cancelo a Guardiola

Sorpresa. El gran movimiento del mercado, más que cualquiera de los millonarios del Chelsea –incluido Enzo–, ha sido el de Cancelo. Del City al Bayern. Del campeón de Inglaterra al de Alemania. De un candidato a la Champions a otro. Estas operaciones sólo son posibles si hay un detonante por detrás, uno grave. Guardiola ironizó diciendo que Cancelo quería jugar todos los partidos y que a ver si lo logra en Múnich. El portugués también dejó recados a Pep en su presentación. ¿Qué pasó?

Apuesta. Pasó algo importante, es obvio. Guardiola tiene un historial de tiranteces con grandes estrellas, pero este caso es especialmente llamativo. Casi personal. Con Cancelo demostró Pep como con pocos su capacidad para ver el fútbol. Mandó a Danilo a la Juventus y lo cambió por él, un lateral tan determinante como desordenado, tan peligroso en ataque como en defensa. Apuesta de riesgo clara.

Planes. Viendo lo que nadie, ubicó a Cancelo como lateral izquierdo –en vez de derecho–, le dio relevancia en el juego interior, le hizo alcanzar el nivel más alto de su carrera. Convirtió a un buen lateral en el mejor lateral del mundo. ¿Y cuál ha sido la reacción del jugador? Agradecer muy poco el trabajo del técnico con él, torcer el morro, pedir la salida. Una traición a su mejor mentor. Lo mismo que hizo con Fernando Santos tras acabar de suplente el Mundial. Y por eso, quizá, el Madrid no ha querido saber nada de él. Llamativo. Real.

Planes. Hace unos días se anunció en México que CONCACAF y FIFA están estudiando un gran torneo para 2025 que sirva de banco de pruebas para los estadios mundialistas del año siguiente. La idea es que la Copa Oro, el torneo continental centro y norteamericano, se amplíe a 24 y cuente con invitados de lujo de otras confederaciones, incluidos los europeos. Dos cupos serían para UEFA. Habrá que ver si cristaliza, pero sería un mini Mundial previo al Mundial de verdad en EE UU, México y Canadá.

Hoy descubrimos a… Luciano Rodríguez (2003). Entró el Sudamericano Sub-20 en su última fase, ya con el Hexagonal en juego y con Brasil por encima del resto gracias a un Vítor Roque imparable. En un segundo escalón aparecen la Colombia del gran capitán Gustavo Puerta y la Uruguay de los Rodríguez –Álvaro, el delantero goleador del Castilla, y Luciano, la gran sorpresa celeste–. Este último ha irrumpido con fuerza. Es potente, llega bien desde segunda línea, tiene personalidad y procede de la segunda división uruguaya. Todo un tesoro oculto para Europa.