Una leyenda vuelve a casa
Este jueves es un día especial para el baloncesto madridista: una leyenda vuelve a casa. La salida de Pablo Laso, hace casi un año y medio, estuvo rodeada de polémica entre el técnico y el club, pero ni siquiera aquellos feos nubarrones impedirán que sea recibido en el Palacio como su historial se merece. Y no sólo por los aficionados, que damos por hecho que dedicarán a Laso el homenaje adecuado, sino por aquellos que trabajaron con él. Sólo hay que leer las declaraciones previas para entender la devoción y el sentimiento hacia el vitoriano de los jugadores y los técnicos que compartieron gloria en su laureada etapa blanca. Sergio Llull, el capitán del Real Madrid, escribió que “vuelve a casa la persona que nos enseñó a ganar, la que creó nuestro estilo de baloncesto”. Chus Mateo, el vigente entrenador, su segundo durante ocho años, le define sin titubeos como “una leyenda de este club” y afirma que su regreso pone “muchos sentimientos a flor de piel”.
Alrededor de Laso solo se respira respeto y cariño. Emoción y añoranza. Y no es para menos. Pablo ostenta el récord del entrenador del Madrid con más partidos (860) y más victorias (659), durante los cuales jugó 33 finales de 44 posibles para sumar un total de 22 trofeos: dos Euroligas, seis Ligas, seis Copas, siete Supercopas y una Intercontinental. Fueron once temporadas de ensueño. Y eso no se olvida. No es el primer duelo entre su Bayern y su ex-Madrid, que ya se enfrentaron en la pretemporada, pero sí el primero oficial y, sobre todo, el primero en el WiZink Center. Eso es lo que hace especial el reencuentro. Deportivamente, Pablo Laso se topará con un sólido Madrid, con un balance de 12-1 en Europa y de 26-2 en toda la campaña. Una maquinaria casi perfecta que él mismo puso en marcha hace tiempo. Sin desmerecer para nada a Mateo, este Madrid es todavía un poco suyo.