No era el día para ello. Y cuerpo técnico y plantilla del Atlético lo saben. No era el día para que los jugadores fuesen al término del encuentro para aplaudir a los aficionados que se encontraban en el fondo donde se produjeron los incidentes en el derbi. Una de las imágenes que han quedado para el recuerdo tras lo sucedido ha sido la de los futbolistas aplaudiendo a ese fondo, donde la mayoría se comporta como debe, pero donde unos pocos manchan la imagen de todos. Un fondo compuesto por 6.712 localidades. No todos tienen el mismo comportamiento, pero no era el día para festejar nada en el sitio en el que se habían producido incidentes graves y por los que se había parado el encuentro.
¿Nadie en el Atlético fue capaz de decirle a la plantilla que era un gesto cuanto menos inoportuno? ¿O es que plantilla y técnico hacen caso omiso de las recomendaciones dadas tanto desde el club rojiblanco como por parte de La Liga? La imagen dada por los jugadores acudiendo a ese fondo no es la mejor. Y muchos aficionados de la entidad del Cívitas Metropolitano creen que ha sido una falta de respeto hacia el resto de seguidores que sí tuvieron un comportamiento excelente durante el derbi. Una falta de respeto con el fútbol en general. En el partido convivieron seguidores de uno y otro equipo fuera del estadio y no hubo ningún incidente hasta que sucedió lo que sucedió con Courtois, a las que las imágenes también dejan en entredicho. No puede ser que en este caso en el Atlético unos vayan por un lado y otros por otro. No es la primera vez que la plantilla le da las gracias a este sector. Tanto en el estadio como en Majadahonda. No me cabe la menor duda de que desde la entidad van a tomar medidas para que esto no vuelva a producirse. Si desde el club señalan que eviten este tipo de acciones, tanto Simeone como los jugadores deben acatarlo. El aficionado de los otros sectores del estadio se merece un respeto.
Los medios de comunicación, por último, también tenemos gran parte de culpa de ello. Por dar dimensión y cobertura cada vez que estos aficionados acuden a los entrenamientos a jalear a la plantilla. Predicamos una cosa y luego hacemos otra. Así está montado esto. Pero es hora de decir basta.