Un punto corto para la Champions
El Villarreal no ganó en Mestalla uno de esos partidos que últimamente conquistaba. Los de Setién tampoco firmaron una actuación parecida a la de los últimos partidos que venían cuajando, sobre todo, fuera de casa. Los amarillos tuvieron la pelota, manejaron el partido, pero no le metieron miedo al rival. La primera parte no estuvo mal, con el Búfalo Jackson dando sensación de peligro en cada carrera y con el tufillo de que el Submarino podía llevarse la victoria. El plan cambió en la segunda parte cuando el Valencia mutó su idea y esperó cazar una defensa más adelantada tras juntar sus líneas y presionar más al Villarreal.
Sin Parejo, que no estuvo fino, el Valencia veía que le daba para apretar y sacar algo rápido arriba. Curiosamente, en ese momento, Jackson se sacó un golazo que puso el partido de cara y metió miedo en Mestalla. Pero en ese momento, el Villarreal no vio la sangre, no buscó aprovechar ese empujón y decidió guardar. En esos minutos en los que los locales se lo jugaban todo, esos en los que sacas de dentro lo que te queda, apareció un Villarreal lento e impreciso. Se veía que el Valencia podía enganchar una de esas pifias y eso pasó. Ese gol enchufó al Valencia y a Mestalla, que se quedó solo a un par de metros en el fuera de juego para marcar el 2-1. El empate fue justo, un punto que le puede venir bien al Villarreal para la Europa League, pero corto para la Champions.