Un perfecto campeón

Francesco Bagnaia, tercero en MotoGP, y Senna Agius, que acabó en la misma posición en Moto2, pueden presumir de haber frustrado el pleno español en Tailandia. Bromas al margen, el dato sirve para calibrar el dominio del motociclismo patrio en el gran premio inaugural del Mundial. Siete de los nueve puestos de podio fueron ocupados por pilotos nacionales, con un triplete en Moto3 (Rueda, Carpe y Fernández) y sendos dobletes en las otras dos categorías, con González y Canet, en la segunda, y los hermanos Márquez, en la reina. Fue un fin de semana casi perfecto. Aunque en el caso del principal protagonista, Marc Márquez, podríamos quitar el adverbio ‘casi’ para definirlo como simplemente ‘perfecto’.

Marc ha completado un autoritario paso por Buriram: logró la pole, ganó la esprint, la carrera larga… y sale líder del Campeonato por primera vez desde hace 1.932 días. El resultado, en apariencia, no podría ser mejor. Pero sí lo fue, porque a su estela, en los cuatro casos, tuvo a su hermano Álex. Un finde redondo. El mejor piloto, subido a la mejor moto e integrado en el mejor equipo, Ducati Lenovo, ha recogido esta suculenta cosecha en su estreno vestido de rojo. El mayor de los Márquez no solo venció cuándo y cómo quiso, sino que también supo superar con experiencia y pericia los problemas que surgieron, como sucedió con la gestión de la presión de su rueda delantera. El ocho veces campeón del Mundo recordó por qué es el más ilustre de la parrilla.

Desde el tercer peldaño, Bagnaia ya ha avisado que no se conformará con ocupar ese escalón. El italiano admite que los hermanos Márquez han hecho mejor los deberes en la pretemporada, pero ya ha tomado nota. Marc ha dejado en el GP de Tailandia la sensación de que nadie podrá toserle este año. Eso parece, pero el Mundial es largo, muy largo… Y Pecco es doble campeón de MotoGP.