Un Morata más maduro y siempre predispuesto
Cambió Morata la bicicleta por el chárter después de que, por fin, validaran desde la sala VOR su gol. Y es que Álvaro pasó de problema a solución en tres minutos. El nueve rojiblanco aventuraba que su vuelta a Madrid sería en dos ruedas después de que algunos compañeros le ‘reprocharan’ que tocase el balón cuando cabía la posibilidad de que fuera directamente hacia dentro. Acertó el jugador en décimas de segundo, pues hizo lo que se debe hacer: meter el pie ante la duda y lograr un gol importantísimo para seguir en esta consistente línea que llevan los del Cholo. Un tanto reconfortante para un futbolista que sale más pendiente de ayudar que del cronómetro. En tiempos donde sólo se juega un partido por semana y donde la igualdad en diferentes posiciones puede confundir a alguno en que se es injusto con él, el goleador del Atlético ejemplifica al buen profesional, que está más por la labor de ayudar que de reprochar.
Siempre he admirado la predisposición de Álvaro a favor del equipo, pero es de un tiempo hacia esta parte donde lo siento más maduro, sobre todo a la hora de manifestarse. Ahora que los del Cholo cambiaron los momentos tormentosos por los confetis, donde la pelota parece un caramelo en vez de una granada, donde el equipo disfruta presionando y elaborando, pasamos a la ‘zona Simeone’. El modelo de gente como Morata, Koke, Reinildo, Correa o ese Griezmann y sus incorporaciones en el minuto 60 adquiere una gran dimensión. Y es el ejemplo de que son más importantes minutos de calidad que segundos de aspavientos como los que vi en Montilivi.