Un médico, por favor, es urgente

Un Elche irreconocible llega esta tarde al Camp Nou. Un equipo que pese a mantener el bloque de la pasada temporada y haberse reforzado con nombres interesantes como el de Collado, Clerc, Lirola, Quina, Nico, Fede, Ponce o Roger, nada tiene que ver con el que se salvó en mayo. Sigue al frente del equipo Francisco, un técnico que encandiló a la grada y a la propiedad de Christian Bragarnik con su ímpetu y carácter ganador, y cuya llama se ha ido apagando a medida que avanzaba la pretemporada y se iniciaba LaLiga.

El club ilicitano realizó un esfuerzo tremendo por mantener a Lucas Boyé, tentado por el Sevilla, y por mantener en nómina a Mascarell y Ponce. Nada pudo hacer por retener a Mojica, cuya cláusula asumió el Villarreal. Francisco quería más, y con tiempo para trabajar. Los tiempos de Bragarnik no han coincidido con los del técnico, que ayer reconocía no haber hablado con el dueño en toda la semana, tras la debacle ante el Athletic (0-4 al descanso), y que se quejaba de no tener doctor en el día a día, en una semana con un virus repartido entre seis futbolistas y los problemas de última hora de Pol Lirola y Pere Milla. El Elche pide a gritos un médico, y no sólo para estar a pie de campo. Sólo ha sumado un punto de 15 y ha recibido trece goles, con sólo dos a favor. A domicilio, apenas ha tirado a puerta. El Barça asusta más que nunca.