Un líder con fisuras

El Clásico queda muy lejos.- Hace casi un mes, el madridismo abrazó emocionado a su equipo y a su entrenador en el Bernabéu tras tumbar al Barça con justicia y buen fútbol. El líder se disparó en la tabla clasificatoria y la afición barruntaba una Liga feliz y pletórica al mando del técnico tolosarra. Pero de pronto llegaron Anfield, Vallecas y Elche. Un naufragio europeo y dos patinazos que han reducido la ventaja a la mínima expresión, quedando el Barça a un solo punto y la sensación de que la tropa de Flick va hacia arriba y tú estás metido en un laberinto sin salida.

No es normal que el Madrid se haya tirado más de 250 minutos ante Liverpool, Rayo y Elche sin ver puerta. La inexplicable sequía la finiquitó Huijsen en un remate pifiado, pero certero. Pero no me vale. Con 1-1 en vez de consumar la remontada llega un ex de La Fábrica, Álvaro Rodríguez, y te enchufa el 2-1 pese a tener cuatro cascos azules a su alrededor. El empate de Bellingham no me reconfortó. Ni ser todavía líderes en solitario. Este Madrid no transmite energía, ni sentimiento positivo. Parece un equipo funcionarial que se aburre en los partidos. ¿Falta de sintonía con Xabi? ¿Qué les hace falta para volver a ser un Madrid agresivo, intenso y orgulloso? Muchas incógnitas para un líder con muchas fisuras...

Hace tres años.- Cómo han cambiado nuestras blancas vidas. La última vez que el Madrid se acercó por Elche fue hace tres temporadas. El equipo de Ancelotti, en la séptima jornada de Liga, derrotó a los ilicitanos en el Martínez Valero con solidez y contundencia, pese a que el VAR le anuló tres goles en presunto fuera de juego a los blancos, alguno de ellos por el pelo de una gamba.

Pese a eso, triunfo firme. 0-3 con goles de Fede Valverde (hoy de arranque en el banquillo por sus problemas físicos), Karim Benzema (triunfando en la Liga Saudí) y Marco Asensio (ahora en el Fenerbahçe turco). El once estuvo formado por Lunin; Carvajal, Militao, Rüdiger, Alaba; Valverde, Kroos, Modric; Rodrygo, Benzema y Vinicius. Conclusión: sólo repetía Rodrygo en esta noche otoñal de 2025. Del equipo de la 14 y la 15 van quedando cada vez menos efectivos, aunque la defensa titular de aquel sigue en nómina. Pero como ya sufrió Ancelotti el curso pasado, las lesiones en la zaga están diezmando al equipo de mala manera. Son nuevos tiempos y toca adaptarse a ellos...

Nostalgia galáctica.- Pasé este fin de semana en Nápoles buscando las huellas del más grande que han visto mis ojos: Diego Armando Maradona. Estuve en el santuario infinito que El Pelusa tiene en la ciudad partenopea. Todo Nápoles siente todavía al genio. Idolatría eterna e incondicional. Y antes del tedioso partido de Elche vi a Cristiano Ronaldo meter su gol número 954 con una chilena antológica. Eso es el fútbol. Lo que hacía Maradona con su bota izquierda o lo que hace Cristiano desde hace dos décadas. Uno paga una entrada para ver futbolistas excelsos que hagan estas cosas.

Pues ahora veo al Madrid de la triste figura y no encuentro consuelo. Los veo aburridos mientras juegan, sin alegría, renunciando al libre albedrío, quizás fagocitados por un ataque de pizarritis (lo de la doble banda izquierda con Álvaro Carreras y Fran desplazando a Rodrygo a la derecha...). Este no es el Madrid prometido. Xabi y la plantilla deben hacer terapia. Rapidito.

Futuro con curvas.- El miércoles toca el Olympiacos del gran Mendilibar en el infierno escénico de Atenas. El próximo domingo, el renacido Girona de Míchel en Montilivi. Y después la siempre exigente salida de San Mamés ante ese Athletic que ante los blancos se multiplica por mil. Por eso, la afición está aturdida. Ser líder con esta propuesta no consuela al personal. ¿Qué nos está pasando?

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