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Un final de año para olvidar

Hace un año, más o menos por estas fechas, Paula Badosa conquistaba el WTA 1.000 de Indian Wells, que a su vez le catapultó a las WTA Finals, el Masters femenino, donde coincidió con Garbiñe Muguruza, que llegaba a la cita después de una temporada muy regular. Muguruza y Badosa hicieron un gran torneo de maestras. Garbiñe conquistó el título, un momento estelar de su carrera, para terminar el curso con tres trofeos, dos finales y 42 triunfos. Paula cayó en semifinales precisamente ante su compatriota. El colofón de 2021 hacía presagiar un brillante 2022 para el tenis femenino español, pero ha sucedido todo lo contrario. Ambas se han retirado este mes de su último torneo, Muguruza en San Diego y Badosa en Guadalajara, con problemas físicos… y emocionales. Ninguna repetirá en las Finals, tras haber cubierto dos trayectorias diferentes, pero con dos cierres muy similares.

Muguruza empezó como número tres del mundo y va a acabar fuera del top-50, tras encadenar 12 victorias y 17 derrotas, y haber caído a las primeras de cambio en siete de sus 17 torneos. Quizá su peor temporada, no exenta de achaques de salud. Badosa ha ido de más a menos, con un título en Sídney, final en Indian Wells… para alcanzar el número dos en abril. Pero su andadura se desinfló hasta caer en picado en el tramo final, en el que no ha logrado superar la segunda ronda en sus últimos siete torneos, con cinco derrotas en su debut. Paula también ha arrastrado baches físicos, con cuatro retiradas, aunque su problema parece otro: “Necesito gestionar la presión”. A la espera de que Badosa juegue o no la BJK Cup, la cabeza de ambas parece más enfocada a recuperar la senda del éxito. Ahora parece misión imposible, pero si ya han conseguido estar arriba, y no hace tanto de ello, ya conocen el camino de vuelta. Hay que pasar página. Tras un final para olvidar.