Un fin de semana de ‘electroshock’
Fue la frase de las elecciones del pasado mes de junio. “El Athletic necesita un electroshock”. Se supone que Jon Uriarte iba a aplicar ese giro, una terapia radical que fueron demorando sus antecesores en el cargo. Pero siete meses después, la entidad aún espera la sacudida. El fin de semana ha sido tétrico: derrota de los primeros equipos, el masculino y el femenino, y el filial, un satélite que cada vez ve más cerca el descenso y en el que el recambio de Pallarés en el banquillo no ha provocado la reacción. Hay dos posibles lecturas al respecto: el relevo no es el apropiado o el equipo que se ha heredado es de bajísima calidad, lo que delimitaría la responsabilidad en los actuales o los anteriores según un caso u otro. Tener un puñado de ocasiones y no acertarlas, como ocurrió ante un Real Unión con diez, da para reprochar poco al entrenador, eso es cierto. Llueve sobre mojado. El error tal vez vino de no hablar con Patxi Salinas, ni siquiera sentarse y darle razones fundamentadas para no contar con él. Este sí que ofreció soluciones al anterior presidente, Elizegi. Conocía la casa como pocos, saltó con valentía desde el Basconia y alcanzó la permanencia, aunque a la larga no le sirvió de premio para continuar un año más.
Si el Athletic ha llegado a esta etapa, los 125 años, ha sido por su masa social, por miles y miles de socios abnegados que han estado a las duras y a las maduras. A ellos se dirigen los candidatos en las elecciones y por ellos debería trabajar esta y todas las directivas. Rogaría a Uriarte que les dedique más tiempo, que ni en el amistoso contra el Chivas se les regaló el detalle de un partido libre. Bonitos y trabajados fueron los actos por el 125 aniversario, pero abiertos y gratuitos a todos, nada de hacer un guiño a los que pagan los carnets. Y emotivo el acto hacia Rojo I, en el que no estuvo su hermano que también vistió de rojiblanco, pero ¿no se quedó pobre? El mérito de reunir a los expresidentes y atraer por fin a Urrutia a un acto institucional es grande. Por fin se aglutina la familia al completo y se olvidan rencillas. Tampoco estaba mal aceptar la venta del último libro del exdirectivo Tomás Ondarra en las tiendas oficiales del club. Me consta que no lo ha prohibido la actual directiva, pero se hace raro no ver en las estanterías este volumen y sí trabajos anteriores.
Uriarte es un tipo honrado, natural, un presidente muy del Athletic, pero la etapa de transición para entender lo que es ese cargo se está demorando más de la cuenta. Ojalá no se estropeen los resultados y empiecen las derrotas, porque vendrían curvas. Ahora llega el problema deportivo. No solo con la pésima gestión con el caso ‘Iñigo’. Toca empezar a tantear a Nico, hablar con Iñaki, su entorno, su madre... trabajar estas cosas; que las armas de los fichajes de los tiburones las carga el diablo. Anticiparse a los enemigos. Y pensar que cada día que pasa Sancet vale más. ¡Ah! A veces hay que aparcar el ‘buenismo’. Si uno se siente muy maltratado por un árbitro con un penalti y expulsión inexistentes, hay que dejar que dé un golpe en la mesa el entrenador, pero no conviene acomodarse en esta portavocía si la cosa perdura. Estoy seguro de que el ‘electroshock’ de este fin de semana va a servir para reaccionar.