Opinión | La contracrónica

Un equipo que rescata la Davis

Bolonia no fue Mar del Plata, pero Munar, Carreño, Martínez y Granollers nos reconcilian con la épica de una competición mágica.

Jaume Munar celebra un punto.
TIZIANA FABI
Jesús Mínguez
Nació en Guadalajara en 1973. Licenciado en Periodismo por la Complutense. En AS desde el año 2000, es redactor jefe de Más Deporte. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos y unos Paralímpicos, Grand Slams de tenis, Davis, Laureus, candidaturas olímpicas, política, dopaje o grandes combates de boxeo. Le gusta escribir de deporte y también practicarlo.
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Mar del Plata

El Super Tennis Arena de Bolonia no fue el Islas Malvinas de Mar del Plata de 2008, cuando una España con todo en contra hizo hincar la rodilla a Argentina para conquistar la única de sus seis Ensaladeras fuera de casa. El recuerdo de la gesta, que vivieron en primera persona en el equipo David Ferrer y Marcel Granollers, estaba presente. Pero la Italia B (sin Jannik Sinner ni Lorenzo Musetti) no fue la Argentina cainita de David Nalbandián y Juan Martín del Potro que se autodestruyó. Los locales, rumbo a la gesta de una tercera Davis consecutiva, salieron con un Matteo Berrettini en modo apisonadora y todo fue demasiado rápido ante Pablo Carreño. Subió al público a la ola y aunque un tremendo Jaume Munar jugó un partidazo, al final cabalgó sobre la cresta Flavio Cobolli.

Equipo

Se pudo remontar un 0-2 a Dinamarca en Marbella. Tras anunciarse la baja de Carlos Alcaraz, España logró tumbar a República Checa (tres top-35) y a Alemania (con el número tres Alexander Zverev). Y David Ferrer, un fondista durante su carrera que ahora subido encima de la bici sigue disfrutando con la agonía en pruebas como la Quebrantahuesos o la Titan Desert, hizo creer a los suyos que rematar la gesta era posible. No lo fue. Pero el camino valió la pena porque durante el año ha construido un equipo que le seguirá hasta el fin del mundo y que puede optar a todo el año próximo si por fin puede contar con Carlitos.

Resurrección

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Carreño, Munar, Pedro Martínez y Granollers han resucitado el ‘espíritu Davis’ adormecido en España desde el último título de 2019 en la Caja Mágica con Rafa Nadal a los mandos. Un Nadal que el año pasado se despidió con nocturnidad en una noche aciaga en Málaga en la competición por países a la que tanto dio. Nos tenía mosqueados la Davis, y este grupo nos ha reconciliado con la magia y la épica de una competición que, aunque ha cambiado, sigue invocando a la gesta. La que casi remata España en Bolonia.

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