Un Djokovic sin grandes

El día siguiente de la eliminación de Carlos Alcaraz en el US Open, también cayó inesperadamente Novak Djokovic ante Alexei Popyrin. La primera noticia se interpretó como la confirmación de una profunda crisis del español, mientras que la segunda se encajó con cierta normalidad dentro de la sorpresa. La diferencia de valoración o de percepción está, posiblemente, en la final olímpica de los Juegos de París 2024 que coronó a Djokovic frente a Alcaraz. De aquel 4 de agosto recordamos las imágenes de las lágrimas de Carlitos, que no digirió bien la oportunidad perdida, y la extrema felicidad de Nole, que completaba con ese oro el único casillero en blanco de su excelso palmarés. Tampoco es justo centrar la visión de toda una temporada en el color de una medalla. Ni el murciano debe castigarse tanto por aquello, ni el belgradense puede dar por bueno el curso por una única victoria, por muy simbólica que sea.

Alcaraz ha ganado dos de los cuatro títulos de Grand Slam en juego: Wimbledon y Roland Garros. Mientras que Djokovic cerrará, pase lo que pase hasta final de año, sin ningún grande en la maleta, algo que no le ocurría desde 2017 y, en la racha anterior, desde 2010. Como curiosidad paralela, desde 2002 no había un año sin un Slam levantado por el Big Three. Una prueba de su grandeza, si hacía falta alguna. La trayectoria de Novak no ha sido buena en este 2024, en el que solo ha jugado dos finales, una de ellas perdida ante Alcaraz en el All Englad Club, otra razón para que el español levante el ánimo. Sus respectivos tropiezos abren el pronóstico en Nueva York, aunque hay dos candidaturas que crecen por encima del resto: el indultado Jannik Sinner, qué ironía, y el campeón en 2021, Daniil Medvedev. El cuadro ha tenido el capricho de enfrentarles en cuartos. Una final anticipada. Valga el tópico.