OPINIÓN

Un Barça como debe ser el Barça

Tampoco conviene lanzar las campanas al vuelo a primeros de septiembre, pero son tantos los brotes verdes y tan pocas las excusas esgrimidas que apetece –y mucho– decretar el estado inmediato de felicidad...

Barcelona's Raphinha, front, is congratulated after scoring his side's 4th goal during the Spanish La Liga soccer match between FC Barcelona and Valladolid at the Olympic stadium in Barcelona, Spain, Saturday, Aug. 31, 2024. (AP Photo/Joan Monfort)
Associated Press/LaPresse
Rafa Cabeleira
Actualizado a

Obsesionados con la llegada de Nico Williams, gran parte de los aficionados del Barça comenzaron la temporada olvidando un enorme e importante detalle: Lamine Yamal ya viste de azulgrana, ya reina en la casa, ya domina y decide partidos con una insolencia pasmosa. Los buenos jugadores siempre suman, pero lo que nunca hace un fichaje frustrado es restar, que es lo que muchos anticiparon cuando el pequeño de los Williams decidió quedarse en Bilbao y dejar para otros bailes la reunión con su joven amigo.

Todo se apoya ahora mismo en un futbolista que ya es diferencial, pese a su corta edad, pero lo que sostiene de verdad a este Barça de Flick es el trabajo, una cultura del esfuerzo que en tiempos de Xavi Hernández se abandonó dejando sitio a la parapsicología, los juegos de campamento, los famosos challenges, las malas caras y un largo etcétera de pamplinas que hoy nos parecen sombras de un pasado muy lejano, pero que ocurrieron antes de ayer. Como el mejor entrenamiento de la temporada pasada, reconocido por el propio entrenador, recuérdenlo: tuvo lugar el 25 de abril, justo después de caer eliminado frente al PSG y perder contra el Madrid.

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Tampoco conviene lanzar las campanas al vuelo a primeros de septiembre, pero son tantos los brotes verdes y tan pocas las excusas esgrimidas que apetece –y mucho– decretar el estado inmediato de felicidad. Y porque este es un Barça que tiene todo lo que yo, personalmente, le pido al Barça: trabajo, pasión, audacia y un buen puñado de los mejores talentos surgidos de La Masia, que siempre termina convertida en virtud cuando aprieta la necesidad. También un jugador con rastas. O dos, pues quién dice que no haya sitio para el fetichismo en estos momentos de buena fortuna.

Vendrán los días grises, oscuros, de zozobra. Y llegarán las dudas sobre el talento criado en casa. Y volverán los rumores sobre Nico, Leão y hasta Neymar Jr. Olvidando una vez más lo maravilloso que acostumbra a ser este club cuando un entrenador ambicioso habla lo justo, mira al frente y se pone a trabajar.

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