Un Almería con personalidad
Si por algo se caracteriza este Almería es por una personalidad propia, que resulta impropia en un recién ascendido. Los rojiblancos tienen mil defectos, como se pudo comprobar en Gerona, con ese 6-2 que sacó a la luz demasiadas carencias en el aspecto defensivo. Sin embargo, es muy difícil tumbar al conjunto de Rubi, que realizó un encuentro excelso ante el líder. En la octava jornada se encontraba en descenso después de perder en el Nuevo San Mamés. Rubi revolucionó su alineación días después, ante el Rayo y el Almería se adelantó rápido, con un excelso primer acto, marchándose 3-0 al descanso. En la décima jornada también pisaba los puestos rojos, yéndose también 3-0 al vestuario, esta vez, ante el Girona.
Los rojiblancos volvían ante el Barcelona a comenzar un partido en descenso. Y lejos de amilanarse, máxime después de tres derrotass consecutivas, la última, una de las goleadas más duras de su historia, tuteó al líder, sabiendo cuándo presionar y cuándo guardar la ropa. Pero siempre con la personalidad que le ha impreso Rubi a su equipo. Un Rubi, por cierto, que se comió a Xavi, modificando su dibujo para colocar a Chumi como lateral diestro y Luis Suárez y Touré, en punta. El vilasarense, que dirigió a Xavi en la etapa del centrocampista como jugador, planteó una partida de ajedrez perfecta para que el Almería venciese por primera vez en su historia al Barcelona. A la décimo cuarta fue la vencida, habiéndole ganado ya a todos los equipos con los que se ha medido en Primera División.