Hay que rematar al Atlético

Más madera. Tres derbis en 26 días. Uno en campo neutral (Riad), otro en el Cívitas (el duelo de Copa) y el tercero de la tanda en el Bernabéu (el de Liga). Máxima exigencia para un equipo que está sobreviviendo a las bajas gracias a la sabiduría de Ancelotti, capaz de convertir a Tchouameni en central, a Camavinga en carrilero zurdo o a Rodrygo en delantero centro de guardia. Pero no les voy a negar que el sorteo copero cayó de cruz esta vez. Mientras que los que llevan años quejándose de las presuntas bolas calientes del Madrid en los sorteos se han emparejado con el modesto y combativo Unionistas, al Madrid le toca de nuevo surfear con las olas más gigantes sin que nadie en el club vaya a quejarse en absoluto. Esto es el Madrid. Cuando mayor es el reto, mayor es la exigencia.

Ya se sabe que no hay gloria sin sufrimiento. Tres derbis seguidos te pueden emborronar una temporada que hasta ahora va impoluta, con un solo manchón justo en el derbi de septiembre, con actuación arbitral de Alberola Rojás más que criticable. Pero la venganza se sirve bien fría. Imaginen eliminarles este miércoles en Riad, repetir suerte la próxima semana y encima en su propio feudo, y rematarles el 4 de febrero en el hogar acristalado y cerrado del Bernabéu apartándoles definitivamente de la Liga. Los blancos les pueden apartar de tres competiciones en apenas tres semanas. Sólo por eso merece la pena asumir este triple reto con el Oso y el Madroño de fondo. Este invierno promete estar muy calentito...

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