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Tiempo, virtualidad y un poco de fútbol

Llegados a una edad, creo que nos pasa a todos: a veces observamos en derredor y nos damos cuenta, desconcertados, de cómo ha cambiado todo, cuando nada parecía estar cambiando. Nos sentimos como una de esas figuritas fijas detrás de las cuales un escenario se mueve con una rueca, solo que el escenario es nuestra vida. Parece que siempre estamos en el mismo punto y no dejamos, como la tierra, de movernos. Suspiramos. Pensamos: “Dios mío, cómo pasa el tiempo”.

Me ha sucedido las últimas veces que he ido al estadio con mi hijo mayor. Hace poco era yo quien le prologaba los partidos cuando caminábamos hacia San Mamés, quien le hablaba de nuestras posibilidades, de las virtudes y defectos del rival, quien le deslizaba los nombres de los jugadores de nuestro oponente de turno, que él recibía como quien descubre los secretos del mundo. Ahora es al revés y es él quien muchas veces me ha de contar, en lo que al rival se refiere. Cuando leo la alineación de nuestro oponente, a veces apenas reconozco uno o dos nombres. En esos momentos, me siento extraño y rememoro cuando era capaz de recitar de memoria una lista infinita de nombres de jugadores de los cinco continentes. Ese superpoder ha pasado a él, a mi hijo, así que a él recurro para saber si son buenos el nueve del Villarreal o el portero del Sevilla. Sus respuestas también despiertan mi nostalgia: a veces están basadas en la realidad, otras en las medias de los cromos, otras en lo que de esos jugadores sabe a partir de las partidas en la Play Station.

Digo nostalgia porque yo también coleccioné cromos y pasé horas y horas frente al ordenador y la Play. Soy de la primera generación en la que virtualidad y realidad se co-fundieron y, consecuentemente, confundieron. Echo de menos el Football Manager como los veranos de la infancia y al igual que sueño con una jubilación retirada allí donde pasé los días de asueto de niño, a veces me imagino recibiendo la visita de mis hijos al asilo, donde les contaré las Champions que voy a conseguir ganar, a mis ochenta años, con el West Ham en el Football Manager 2055.

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