The Beatles en el Bernabéu

Suelo decir que no me gusta el fútbol sino el Real Madrid. Y en el mismo plano de tonterías añado: no me gusta la música, sino Los Beatles. Son chorradas sin pensar pero son bastante verdad. En el Bernabéu y en las canciones de Paul y John está mi centro de gravedad y a partir de ahí va tirando mi gusto.

El pasado domingo pude ver en directo a Bellingham por primera vez. Me aburrió bastante y la comparación con Zidane me aterra. Pero la grada tarareó ‘Hey Jude’ y ya con eso me parece un fichaje histórico. Me quedé pensando en aquel vídeo en el que Paul explica cómo compuso la canción pensando en Julian, el primer hijo de John que estaba sufriendo el divorcio de sus padres. Hey Jules, era el estribillo inicial. Paul le enseñó la canción a John y le confesó que no estaba convencido del verso ‘No lleves el mundo sobre tus hombros’. “Es lo mejor de toda la canción”, le bendijo Lennon.

Como Macca, tampoco sé si Jude tiene que llevar el peso de esta temporada sobre sus hombros. Un periodista deportivo al que respeto y admiro, y con un excelente gusto musical, decía hace unas décadas que Valerón era mejor que Zidane. Y añadía para reafirmarse que la prueba evidente de que el francés no encajaba era que la grada no le había dedicado un cántico. Como yo mismo he demostrado en la primera línea de este texto todos tenemos derecho a defender paridas en algún momento.

La grada del Bernabéu no coreaba a Zidane por la sencilla razón de que no tenía rima fácil. Zidane era la inspiración de John con los controles de Paul. Valerón era The Turtles. Por cierto, exigirle creatividad lírica a los Ultras Sur, que eran quienes lideraban entonces el ambiente, era un ejercicio de Inteligencia Artificial 20 años antes de que esta técnica se inventara.

Bellingham me pareció un jugador responsable, elegante, con dos piernas y generoso. Un talento del nuevo fútbol a dos toques y con presencia en todo el campo. Ojalá George Carletto Martin consiga sacarle un buen puñado de grandes canciones.