Su Majestad, la vela
La sexta entrega de los Encuentros Olímpicos de AS nos trae a “Su Majestad, la vela”, como la describió el director de este diario, Vicente Jiménez, en su presentación del evento. La expresión va más allá de los estrechos vínculos de este deporte con la Casa Real, nos transporta a otro reinado: el medallero olímpico. La vela es la disciplina que más alegrías ha dado a España en los Juegos, con 21 podios: 13 oros, cinco platas y tres bronces. Nombres como Theresa Zabell, Luis Doreste, Iker Martínez y Xabi Fernández forman parte de su historia más ilustre. El piragüismo acecha con 20 metales, aunque con bastantes menos títulos, cinco. En Tokio 2020 ya se vivió un pulso por ese primer puesto, pero la vela resistió el sorpasso. París 2024 deparará un nuevo capítulo de un duelo acuático que se presenta vibrante e igualado. Ese sano pique puede proporcionar mucha gloria a la expedición olímpica.
La vela ha hecho bien los deberes. De entrada, ha clasificado a nueve de las diez clases posibles. Y aún podría conseguir el pleno en abril en Hyères. Las opciones son amplias en París. El director deportivo, Xisco Gil, destaca “muchas posibilidades” en cinco clases, aquellas en las que se han logrado medallas internacionales en estos años, y “bastantes” en otras tres. Su idea se refuerza con el campo de regatas de Marsella, que ofrece condiciones de viento “cambiantes”, un escenario que se adapta a las cualidades españolas. Entre los candidatos, hay de todo. Desde Jordi Xammar, que no se ha bajado del podio en el ciclo olímpico, con un oro reciente junto a Nora Brugman como colofón, hasta debutantes como Gisela Pulido, que ha cambiado de especialidad para cumplir su sueño olímpico, y Nacho Baltasar. Donde hay un español con una vela, hay una baza de éxito. Luego, la competición dicta. Pero lo importante es llegar preparado para la batalla. Y lo están.