Sergio Francisco y Carrión, dos ceses inevitables
Llega la Navidad y se agudizan las urgencias. Sergio Francisco y Luis Carrión han sido destituidos de manera justificada, pero no son los únicos culpables.
Rumbo torcido
La derrota contra el Girona después de una segunda parte calamitosa dio por concluida la etapa de Sergio Francisco en la Real Sociedad. Es una pena por lo que significa, pero parece que no había otro camino. Era una decisión inevitable. El ascenso del técnico glorioso del filial ha sido fallido desde el inicio. Su equipo nunca se ha encontrado futbolísticamente, corto de ideas y sumido en un desconcierto colectivo que ha dinamitado su credibilidad competitiva. Haber ganado solo el 25% de los partidos que ha jugado este curso es un balance más que preocupante. Sergio Francisco ha sido incapaz de reconducir la situación. Desde fuera, a riesgo de caer en juicios equivocados, parece que no ha conseguido convencer a sus futbolistas, hundidos en el plano mental. La Real ha acusado más que nunca cada golpe recibido, sus estrellas tampoco le han acompañado ―especialmente flagrante es el caso de Kubo― y la fortuna nunca le ha asistido. Es el tercer equipo, detrás de Oviedo y Athletic, con menor porcentaje de acierto en las ocasiones claras. A partir de ahí, Sergio Francisco no es el único culpable. La Real ha entrado en una espiral autodestructiva con fichajes dudosos y salidas dolorosas. Zubieta es mucho, como quedó acreditado en Riazor con la goleada del filial (0-3) ante el Depor, pero no puede ser todo. Imanol y, sobre todo, Roberto Olabe eran figuras difícilmente sustituibles.
Estrepitoso
El Oviedo también resolvió liquidar el contrato de Luis Carrión. Ocho partidos sin victoria en LaLiga, más el batacazo copero en Ourense, aconsejaban su salida. Con Las Palmas tampoco pudo ganar en Primera. El “desastre” de Sevilla, tal y como lo definió el propio Carrión, puso el punto y final a un periplo que nunca debió comenzar. Echar a Paunovic tan pronto fue un error grosero. El Oviedo se ha perdido bajo la batuta de Carrión, que llegó para cambiar supuestamente la cara ofensiva del equipo y se va con seis encuentros consecutivos sin marcar. Además, los deslices defensivos han sido una tónica en el bloque carbayón. Akor Adams se rehabilitó en el Sánchez-Pizjuán explotando las debilidades del Oviedo a la espalda de su defensa. No es normal que un jugador que porte la fea etiqueta de ser el que más acciones de fuera de juego protagoniza en las cinco grandes ligas (23) lo tuviera tan fácil ante el Oviedo en los dos primeros goles. Fue el emblema de un equipo descompuesto.
Al alza
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La evolución de Óscar Mingueza (26 años) no tiene visos de detenerse. Su influencia en el juego del Celta se acrecienta en cada partido, con peso específico en todos los registros del juego. Frente al Athletic cuajó una actuación sobresaliente. En el aspecto defensivo, estuvo atento a su espalda, trabajó en las coberturas y cerró cuando tocaba: cinco recuperaciones, tres entradas ganadas... Con el balón, su aportación resultó ser todavía más relevante. Mingueza aprovechó bien cuando el Celta salía por la derecha para aparecer en posiciones ventajosas en el lado débil. El cambio de orientación para Rueda en el 1-0 también pone el acento en su creatividad. Al fin y al cabo, fue el futbolista con más intervenciones (94) y con más pases en el último tercio de campo (11). Mingueza aún no ha renovado con el Celta y su rendimiento dispara las opciones de mercado. Nadie sabe cuál será su destino. El Mundial, incluso, no es una quimera...
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