Se cambian nombres por una filosofía
Nadie en el oeste de Alemania se vio en esta situación a principios de temporada. El objetivo del Dortmund era luchar por volver a clasificarse para la próxima edición de la Champions. Poco más. Si podía echarle un pulso al Bayern en la Bundesliga, mejor. Pero el BVB se despidió bastante temprano del sueño que sigue siendo levantar la ensaladera un total de doce años después. Pero el Dortmund se convirtió en una montaña rusa, capaz de lo mejor y de lo peor, en una temporada que puede ser histórica.
Cabe recordar que el Borussia es un equipo en construcción permanente. Lo sigue siendo después de que dos figuras como Haaland y Bellingham decidieran dar el próximo paso en sus carreras y dejaran a las abejas huérfanas de jugadores que estuvieron a punto de devolver a la gloria al histórico alemán más de una década después. Ambos se fueron. Pero el BVB está a un solo paso de meterse en una final de la Champions. ¿Por qué? Porque este equipo es mucho más que algún jugador en concreto. Es un proyecto constante que sobrevive y, muy a pesar de perder a sus jugadores más diferenciales, es capaz de seguir su camino y poner patas arriba al fútbol europeo. Y a todo un PSG. Abran paso para el Borussia. Es capaz de todo.
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