Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Rüdiger, Asencio, Bellingham… Y Mbappé

Desnortados.- Esta situación, con el equipo perdido y errático, ya la hemos visto varias veces esta temporada: en el segundo tiempo del Clásico del Bernabéu, durante todo el partido con el Milan, en Liverpool y esta noche en San Mamés... Cuando tenemos enfrente un rival que impone una presión alta y con mucha intensidad en los duelos, el campeón termina sufriendo terriblemente hasta terminar claudicando. Una noche cargada de errores inhabituales (incluido un claro penalti de Gorosabel a Rodrygo no pitado al inicio de la velada) en un equipo plagado de futbolistas que lo han ganado todo. Courtois despejó mal el balón en el 0-1 (debió lateralizar el rechace y no dejarla muerta en el área pequeña); Fede Valverde, que siempre se deja la vida por este escudo, tuvo una pérdida infantil en el gol que supuso la derrota; y Mbappé, de nuevo, volvió a caer en el pozo oscuro de Anfield fallando un penalti que, para más inri, fue al mismo sitio con el que erró en la noche gafada de Liverpool. Todo parece torcerse justo en el momento en el que llegan las etapas alpinas de la temporada. Ahora toca Montilivi, Bérgamo, Vallecas... Y la final de la Intercontinental en Qatar. Abróchense los cinturones...

Orgullo de camiseta.- En días donde sale todo torcido conviene reseñar y destacar a aquellos que dan un paso adelante buscando una luz que finalmente se oscureció con el gol de Guruzeta. Me quedo con la sobriedad y la entrega de Asencio en la zaga (el chaval dio la cara en todo momento); con la casta de Rüdiger, que acabó de delantero centro hasta provocar el penalti entrando al remate como un jabato. Y no me dejo en el tintero a Bellingham. No solo porque su gol, el cuarto en las últimas semanas, nos arrancó la única sonrisa de la pesadilla. Peleó por todos los balones como si le fuese la vida en ello. Presionó por todo el campo y acabó con la rodilla ensangrentada. Es un crack que nos representa a todos los madridistas.

La Catedral.- San Mamés, el antiguo, era un templo del fútbol. Allí vi seis veces un Athletic-Madrid con un ambiente increíble que te envuelve, como si estuvieses en un campo de la Premier. Pero el nuevo San Mamés no se anda a la zaga. Arquitectónicamente es muy llamativo (para mí el más bello de España por detrás del Bernabéu) y se respira fútbol desde varios kilómetros de distancia. No me extraña que en la encuesta realizada por los compañeros de El Chiringuito entre los hinchas del Athletic Club, la gran mayoría afirmaba que el gran rival y el gran partido de la temporada para un atheltizale es el día que les visita el Real Madrid. Y lo comprobamos con 51.000 fieles que acabaron cantando el himno del Athletic Club mientras sus héroes-leones celebraban un triunfo que se les resistía ante el gigante blanco desde 2015. Era su día. Y hasta el bloqueo de Mbappé se alió con ellos.

No hay tiempo.- En otras circunstancias y con un calendario que no estuviese tan enloquecido, Ancelotti se reuniría estos días con sus hombres en Valdebebas para repasar errores, hacer terapia (individual y de grupo) y buscar soluciones con serenidad y firmeza. Pero hoy llegarán de madrugada a la capital. Este jueves, descanso. Y mañana único entrenamiento para preparar el viaje del sábado para hacer frente al Girona de Míchel. Y 72 horas después nos jugamos media Champions ante ese Atalanta que está deslumbrando en Italia. O el equipo reacciona ya de forma automática o el castillo podría ser de naipes. Nadie podía imaginar este escenario en aquella mañana cálida de julio en la que Mbappé se presentó ante un Bernabéu lleno hasta al techo cerrado. Todo era felicidad en un equipo campeón que venía de ganarlo todo. Cinco meses después, la borrasca amenaza con una tormenta cruel. Pero me agarro al espíritu de Bellingham y de Rüdiger. Aquí nadie se rinde.

Normas