Roglic y Girmay, las dos caras de la moneda

La escapada fue de cuatro corredores, un número pequeño para que tenga opciones de llegar a meta. Vimos la desgracia de Roglic, que creo que es un corredor con mala fortuna. Está muy acostumbrado a estas cosas, sufre caídas, contratiempos… Cuando te viene todo junto, es duro levantar cabeza. Ojalá no tenga consecuencias, pero tenía mala pinta. Ya no es por el tiempo perdido, sino cómo va a quedar su cuerpo de cara a las etapas del fin de semana. Quizás se haya despedido de luchar por el podio. El corredor de Astana cae y lo hace justo donde iba Roglic, que no iba mal colocado. Me da lástima, porque es un corredor valiente, que lo intenta y que da la cara.

A Girmay le sale todo, está con confianza. Es la otra cara de la moneda. Él ya ha cumplido en la carrera y esa tranquilidad viene siempre bien. Pensé que Philipsen le podría sobrepasar en victorias, pero visto lo visto, no descarto que suene la flauta y que el eritreo vuelva a ganar. El maillot verde le da fuerzas, le da ese plus. La línea entre la victoria y la derrota es tan fina en un esprint, que todo se hace más difícil. Más que nervios por la caída, la tensión se la ha traspasado el propio Vingegaard a Pogacar y su equipo. En el Visma no esperaban estar a estas alturas tan bien. En el UAE tienen que transmitirle tranquilidad a Pogacar. Aunque mentalmente, Jonas es superior a Pogacar. Y al esloveno ahora le asaltan dudas que antes no tenía. Lo bonito es que nos queda un Tour muy interesante.

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