Rodrygo, un golpe en la mesa de presente y futuro
A falta de Vinicius, bueno es Rodrygo. Sobre el brasileño y un ejercicio eficaz sin demasiado brillo construyó el Madrid un triunfo que le acerca todavía más al título. Para ello, contó con el favor del Athletic, cuya actuación delató su falta de entusiasmo por el partido. La Copa tira mucho y, de algún modo, es lógico que pasara por el Bernabéu sin dejar nota de todo lo bueno que está firmando esta temporada. Así se guionizó un encuentro de una única dirección. Si acaso el pleito duró hasta el primer gol de Rodrygo. El Madrid había amanecido poco flemático y el Athletic quiso el balón para sí, pero el poder en las transiciones de los de Ancelotti dio el pulso por concluido rápidamente. Como delantero, más escorado hacia el perfil izquierdo ante la ausencia de Vinicius, el brasileño se encargó de poner la vía directa en una jugada con mensaje. Es imparable con espacios, supura talento por los cuatro costados y, aunque su vínculo con el gol va y viene, cuando rompe a jugar está al nivel de los mejores. Ante ese Rodrygo, un Athletic desubicado nada tenía que hacer.
Como de costumbre, Ancelotti situó a su equipo en un bloque medio, sin reparo alguno a rodear a Lunin cuando requería la ocasión. El Madrid se defendió en un 1-4-4-2 y sus únicas dudas surgieron en las apariciones de Sancet a la espalda de Kroos. Pero al técnico italiano no le importó que el Athletic tomara la iniciativa en distintas fases. Sabe que nadie corre como su equipo y que a la contra iba a fundir a su rival. Sucedió exactamente eso. Con Brahim y Bellingham como conductores y con un Rodrygo enchufadísimo. El brasileño se alejó siempre de la marca del central para atacar el hueco con decisión y calidad. Él puso la pimienta en un duelo de entreguerras y atípico, pero muy importante a los puntos a nivel personal para el brasileño y para el Madrid. Rodrygo porta un mensaje por lo que está por venir: no quiere que nadie le arrebate la titularidad ni hoy ni mañana.
Ser clave sin tocar el balón
El movimiento de arrastre de Bellingham para descolocar a Yeray y Prados permite a Rodrygo encarar la zona interior sin que nadie termine de salir a su paso. El inglés entiende el fútbol en todo el espectro de la palabra.