Rodrygo deja de ser el jugador número 12
El rango jerárquico de Rodrygo ha variado ostensiblemente esta temporada. Ya no es el jugador número 12, ni el meritorio que sale desde el banquillo para revolucionar los partidos (Chelsea y Manchester City saben de lo que hablo). El paulista, 21 años, está desencadenado. Juega con la lucidez de una estrella consagrada, con la efectividad de un killer instalado en el Star System y con el entusiasmo y la voluntad innegociable de un novillero. A Rodrygo no le ha pesado nada cargar con la mochila de Benzema. Al contrario. Es jugón como el francés y cada vez ve puerta con más facilidad. Su golazo en el Cívitas (desmarque explosivo y remate de primeras a la espalda de la zaga colchonera) le encumbra aún más entre esa afición madridista que cada vez lo quiere y lo valora más.
Rodrygo rescataba ayer en su Twitter unos datos publicados por SofaScore Brazil, una cuenta brasileña especializada en temas estadísticos. En los últimos 20 partidos con la camiseta blanca, Rodrygo acumula 12 titularidades, 10 goles, 5 asistencias, 28 pases decisivos, 5 ocasiones generadas, 28 disparos (13 a puerta), 26 regates consumados y 28 faltas sufridas. Pero hay algo más importante que los números por relevantes que nos parezcan. Rodrygo se ha ganado a Ancelotti, al vestuario y a la afición, algo que en el Madrid es como subir al Tourmalet con la rueda pinchada. Heroico.