Raúl jamás hará la cama a Ancelotti
La profesión de entrenador es quizás la más ingrata del fútbol. Si tu equipo no va bien o no se cumplen las expectativas, la diana les señala directamente a ellos por encima del rendimiento individual y colectivo de esas plantillas de 25 jugadores donde los egos y la guerra de las vanidades suelen arruinar proyectos bien diseñados desde la pizarra. Lo fácil es individualizar el fracaso en esa figura que normalmente es denostada por la afición. A los hinchas les gusta hacer su once titular y el llamado técnico llega cada fin de semana y deja fuera a dos o tres de sus preferidos, con lo que te sientes traicionado por él. Viene a cuento todo esto por si alguien piensa que Raúl está en el Castilla haciendo la guardia vigilante esperando un fracaso de Ancelotti para saltar al primer equipo y ocupar su trono en el banquillo del futurista nuevo Bernabéu.
El que lo piense no conoce a Rulo, el futbolista con más partidos con la camiseta blanca en la historia del club (741). Raúl está disfrutando de su Erasmus particular en el Castilla, dado que él ya pasó por La Fábrica y conoce los escondites y los secretos de la formación de los canteranos. Analiza las debilidades de los chicos, sus ambiciones mal entendidas, la presión desaforada de los padres que buscan un plan de pensiones y no la felicidad de sus hijos... Raúl está en el Castilla para formar futuros jugadores para el Madrid y, en caso de no dar ese nivel, que sirvan para hacer una carrera digna en el fútbol profesional. Claro que el gran objetivo es subir a Segunda y competir con equipazos como Zaragoza, Málaga, Las Palmas, Oviedo o Sporting. Pero creer que Raúl está aguantando en el Castilla sólo por oler la sangre si Ancelotti corriese peligro es menospreciar su inteligencia. Raúl y Carletto tienen sintonía y trabajan mano a mano. Ambos son leyendas del club que aman y caminan en la misma dirección. Cada uno sabe cuál es su sitio.