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Ramos-Mourinho, polos opuestos

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Se va. Ramos anunció que se va del PSG y el PSG, que Ramos no sigue en París. Todo orquestado. Todo a la vez. Eso quiere decir que han acabado su vinculación de manera amistosa, pero ineficaz. Sergio fue de lo mejor de los parisinos esta temporada, a diferencia de la anterior. A Al Khelaïfi y a Luis Campos les urgen cambios para abrir un nuevo discurso sin más estrellas que Mbappé. Por eso la renovación de un jugador de 37 años vende menos que el fichaje de Skriniar, aunque quizá fuera más beneficiosa.

Papel. Todos los movimientos en París conducen a Mourinho. A nadie le sorprendió la actitud del portugués frente al Sevilla. Tampoco el juego de su equipo. Ante la Real y el Leverkusen, en esta misma Europa League, se dedicó más a perder tiempo y a que sus jugadores se recuperaran de calambres ficticios que a colaborar al espectáculo. Con ese disfraz de superhéroe maligno ha llegado hasta aquí y ya nadie le va a cambiar. Se ha convertido en un apagafuegos de clubes en llamas, un bombero que utiliza gasolina para disipar los incendios. Nada nuevo.

Urgencia. Tácticamente es un entrenador muy rico y convierte a sus jugadores en soldados. Pero su librillo ya sólo lo compran clubes sin norte, directores deportivos al borde del abismo. Es el caso del PSG y Luis Campos, el cóctel de nebulosa perfecto para que Mou suene para el banquillo. Figúrense: un conjunto al que todo se le queda pequeño dando las riendas al técnico del sexto clasificado de Italia. Imposible de imaginar salvo que ese entrenador se llame José y se apellide Mourinho.

Adiós. A todo esto, París despide también hoy a Messi. Lo del argentino es un nuevo fiasco de esa máquina de engullir galácticos que es el PSG. Lleva este curso 16 goles y 16 asistencias en la liga, más otros 4 y 4 que dejó en la Champions. A nadie le fue suficiente.

Superfinal. La final de la FA Cup y con un derbi de Mánchester es el gran encuentro del día. Nadie duda de que la copa inglesa es la mejor del mundo: partido único y sorteo puro. A diferencia de lo que muchos clubes grandes piensan, también así se puede llegar lejos. Lo demuestra el United-City.

Hoy descubrimos a… Noah Darvich (2006). Ganó Alemania el Europeo Sub-17 ante Francia con dos nombres por encima del resto: Darvich y Brunner. El primero fue el jugador más especial de los germanos. Tiró de una Alemania que debe exprimir su calidad en los próximos años. Lo hará.