Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Por el pelo de una gamba

Adiós, Liga, adiós.- No me gusta engañarme y menos a mi edad. La Liga está perdida. Por completo. En el Camp Nou sólo valía ganar. Y así fue durante muchos minutos. El tramo que fue desde el autogol de Araújo (también el Madrid sufrió ese infortunio en la ida del Clásico de Copa) hasta ese 1-1 en el último suspiro de la primera parte, cuando el todavía vigente campeón parecía que tenía encarrilado el túnel hacia la esperanza. Ese gol antes de la hora del bocata cortó la digestión a un Madrid al que le estaba saliendo el plan gracias a las paradas de Courtois y el miedo que Vinicius metió en el cuerpo al Barça, logrando por primera vez ganar el pulso a Araújo, que sufrió mucho para contener las acometidas del brasileño por su banda.

Fallaron las fuerzas.- El plan de Ancelotti, con su once de gala, no terminó de funcionar por la falta de piernas. Con 0-1 al equipo le faltó arrojo y valentía para ir a rematar la faena, pero se notaba que faltaba frescura y chispa para lograrlo. El Madrid quiso ser un equipo de Oscar (‘Todo a la vez en todas partes’ o Everything Everywhere All at Once, para nuestros lectores de habla inglesa), pero al final se tuvo que conformar con una simple candidatura al título... sin estatuilla de premio.

El gol de Asensio.- Comparto las dudas que reflejó Ancelotti al término del Clásico sobre ese gol de Asensio, anulado por el VAR en el minuto 81. Fue un momento de éxtasis blanco, con el balear reivindicándose tocándose el escudo. Nadie del Barça protestó. Era el momento soñado por la tropa de Ancelotti. 1-2 y a aguantar el tipo para ponerse sólo a seis puntos y meter el miedo en el cuerpo al líder. Y en estas apareció el VAR, que sólo mostró una imagen, con una perspectiva que puede engañar al no enseñar ninguna otra toma de la imagen. En cualquier caso, tiraron las líneas y salía un fuera de juego por el pelo de una gamba. Cuando una Liga quiere ser la mejor del mundo no puede ser que no utilice la tecnología electrónica ya utilizada en la Supercopa de España y en el Mundial de Clubes. ¿Qué es muy cara? Pues gástate el dinero, externaliza el VAR a una empresa independiente y dignifica tu competición ahora que está bajo la inevitable sospecha del Negreirato. Me voy a dormir, como Ancelotti, con dudas sobre esa acción, que al final resultó determinante. Por cierto, Gavi se fue de rositas y pese a dar un codazo a Carvajal e irse a por Ceballos sin el balón en juego ni siquiera vio una amarilla. Seguimos para bingo...

Futuro.- Pero de nada vale rasgarse las vestiduras. La Liga ya voló al otro lado del puente aéreo y hay que resetear los objetivos para acabar la temporada con grandeza y brillo. Lo primero, remontar en el Camp Nou en la vuelta de la Copa para dar un golpe de ilusión a la fiel afición del Bernabéu. Y luego volcarse en la Champions y en la 15, que está solo a cinco partidos. Duele perder una Liga de esta manera, pero quedan muchos frentes abiertos para recuperar la sonrisa.