Otra Euro, por las que no están
Qué difícil tiene que ser celebrar un título en muletas. Qué lágrimas más amargas las de Wifi, la delantera del Atlético...


Ocho presencias en las últimas diez finales y cuatro coronas europeas conseguidas. La Rojita nos ha malacostumbrado. Pero qué bonita esta mala costumbre de citarnos cada verano ante el televisor para ver crecer a una nueva generación de estrellas. A las que hoy se dejaron todo sobre el terreno de juego del Den Dreef Stadion de Lovaina ya las conoce la mayor parte de la afición del fútbol femenino. Y es que el equipo dirigido por Sonia Bermúdez estaba compuesto por campeonas del mundo Sub-17 y Sub-20. En 2022 ya habíamos hablado de ellas.
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De esa incombustible Andrea Medina que recorre la banda izquierda con la misma pasión con la que habla a sus compañeras en cada prórroga. De esa Silvia Lloris que presenta sus credenciales a central de futuro para La Roja en cada balón cortado. De esa Fiamma Benítez que cabalga a un ritmo superior después de una temporada de crecimiento constante en el Valencia. De esa Carla Camacho que en esta Eurocopa Sub-19 ha marcado los mismos tres tantos también anotó el año pasado en la categoría Sub-17. De esa Lucía Moral, alias Wifi, cuyo idilio con el gol hace mantener la fe en la victoria a cualquiera. Su entrada al campo dio esperanza a La Rojita y su salida, en camilla, nos heló el corazón.
Qué difícil tiene que ser celebrar un título en muletas. Qué lágrimas más amargas las de la delantera del Atlético. Siendo campeona de Europa Sub-19 por segundo año consecutivo. El abrazo de Sonia Bermúdez fue el que queríamos haberle dado todos. Como a Esther Laborde, que se perdió esta fase final por lesión y cuya camiseta portó Martina en la celebración. Por ella. Por la propia Wifi. Por las que no están pero también lo son: ¡Campeonas de Europa! ¡Otra vez! ¡Menudo futuro!



