Oro que sabe a gloria bendita

De los dos goles de Kiko a Polonia a los dos dobletes de Fermín y Camello a Francia en su casa. 32 años de ambas gestas que reconciliaron al fútbol español con los Juegos Olímpicos. Si todos guardamos en la retina al inolvidable Kiko, extasiado y abrazado a todo un país, de los JJOO de Barcelona 92′, la selección olímpica masculina de París 2024, capitaneada por Santi Denia, merece el mismo reconocimiento que aquella de Vicente Miera. Por su lucha, por su coraje, por su arrojo, por su fútbol... Pocos merecen este Premio AS del Deporte como esta Selección española olímpica, que demostró ante Francia que con solo la camiseta no se ganan partidos. Hace falta más para colgarse las medallas de oro.

El paso del tiempo dirá el techo de los Baena, Fermín, Cubarsí, Samu, Abel Ruiz, Sergio Gómez, Barrios o del héroe de la final, Camello. Y los éxitos que logren luego en sus carreras, ojalá que muchos. Pero a buen seguro, al igual que a los Kiko, Luis Enrique, Abelardo, Ferrer, Alfonso, Guardiola..., ese oro les ha dejado una huella difícil de borrar. Les ha cambiado la vida. Una generación, me incluyo, se impregnó de espíritu ganador con el arquero olímpico de Kiko en el Camp Nou. La otra, ahora, habrá festejado como propios esas dos obras de arte de Camello en la prórroga en el Parque de los Príncipes. España mordió el oro en París. Una medalla que sabe a gloria bendita y que ha convertido en leyendas a sus portadores. Empezando por Camello...

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