El partido ante Osasuna dejó algunas imágenes para el recuerdo. El Atlético cerró de la peor manera posible una temporada que había sido muy positiva en el Cívitas Metropolitano y, al final del encuentro, Stefan Savic se marchó al fondo sur del estadio para despedirse de los aficionados de ese sector. Posteriormente el central rojiblanco recibió el abrazo de los que todavía son sus compañeros. Una despedida en toda regla para un jugador que llegó al Atlético hace nueve temporadas, con 24 años. Ahora tiene 33 y se marchará del equipo con la satisfacción del deber cumplido, de haberlo dado todo por la entidad madrileña.
Simeone, en sus inicios, encontró en la pareja Godín-Miranda un pilar para su equipo. Ambos se convirtieron en dos jugadores de leyenda, cada uno con su propio estilo. Con el tiempo les suplieron Savic y Giménez, otros dos hombres que se ganaron a la hinchada rojiblanca. Los aplausos y el reconocimiento siempre se los suelen llevar los futbolistas de medio campo hacia adelante, los que tienen gol, los creativos, pero es justo reconocer los méritos de esos zagueros que también ganan partidos.
Se marcha Savic, un futbolista fundamental en el equipo que se llevó el título liguero de la campaña 20-21. Entonces fue el mejor defensa del campeonato. Serio, sobrio, anticipativo, a veces demasiado contundente, como cuando cayó en el error de encararse con los jugadores del Manchester City cuando el Atlético buscaba el gol que podía llevar la eliminatoria a la prórroga. En pleno vendaval rojiblanco, Savic se encaró con Foden y el City encontró respiro. Savic, en las buenas y en las malas.
Es uno de los capitanes del equipo y el club le dará todas las facilidades para su marcha. No puede ser de otra manera. El Atlético busca en el mercado un nuevo Savic, un jugador joven, con ganas, con hambre y con muchos años de rendimiento por delante. Y no es sencillo encontrar futbolistas así. Nunca le gustó la prensa, aunque tampoco se escondió a la hora de atender a los medios de comunicación, donde siempre fue claro y conciso. Nueve años después, con 297 encuentros a sus espaldas, con una Liga, una Europa League y una Supercopa de Europa como bagaje, el Atlético amortizó los 12 millones que costó. Honor y gloria para Savic.
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