No se depriman esta tarde
La última Liga del Barça se celebró como quien va a un entierro. Diríase que se barruntaba ya el despido del Txingurri Valverde. Estaba en las vitrinas el trofeo de campeón de España cuando nos fuimos a cumplir el trámite de Anfield tras el 3-0 del Camp Nou para ser también campeones de Europa. Ya saben la historia: 4-0 y eliminados por el Liverpool en semifinales. La conquista de la Liga unas semanas antes no sirvió para levantar el ánimo en una campaña que apuntaba al triplete. También perdimos la final de Copa en pleno bajón. Meses más tarde Bartomeu cometía una de sus últimas tropelías, cargarse a Valverde por una eliminación en la Supercopa solo imputable al VAR, que nos anuló dos goles legales contra el Atlético.
Solo hace de eso tres años y ya hemos pagado suficiente penitencia por su inconsciencia. Como desde entonces parece que aspirar a superar la fase de grupos de la Champions suena a imposible y hoy nos lo van a certificar por segundo año consecutivo antes siquiera de recibir al Bayern, es mejor resetearnos. Visto nuestro reciente pasado y nuestras penurias económicas presentes, un título nacional ya sería para sacar el autobús descapotable y despedir al Camp Nou hasta que acaben las obras. ¿Se imaginan incluso el doblete? Piensen en ello y no se depriman a media tarde, cuando lleguen noticias de Milán.