Ni Klopp se creyó a Klopp

Ni un ensoñador nato como Klopp ni un club con tintes epopéyicos como el Liverpool creyeron del todo en una gesta que parecía imposible. Remontar tres goles en el Bernabéu no está ahora mismo al alcance de un conjunto red que fue más atrevido en su alineación que en su planteamiento. A los cuatro delanteros de la once inicial no les acompañó un plan que casase con el estilo del equipo, acostumbrado a los cócteles más que a los chupitos.

Sin electricidad, sin pasión, no fue el Liverpool que durante estos años desafió cualquier defensa y cualquier lógica. Sin ir más lejos, hace unos días en el 7-0 ante el United. Fue un Liverpool más. La dura eliminación ante el Madrid -unida a la final perdida el pasado curso- y la temporada tan discreta en la Premier harán replantearse muchas cosas del proyecto.

De Klopp no se duda, pero su sonrisa luce más forzada que nunca. Necesita volver a ser feliz. Estrellas como Salah parecen demasiado huérfanas de títulos, a pesar de sus números brillantes. Emblemas como Van Dijk o los ingleses (Alexander-Arnold, Henderson, Milner…) encuentran poca motivación ya. Cayó el Liverpool y lo peor es que no fue él, como tampoco Klopp. La identidad de este equipo no se discute, pero en el Bernabéu renunció. Ya en el segundo tiempo en Anfield lo había hecho…