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Napoli, un triunfo y muchas bocas cerradas

Lo que Nápoles está viviendo estos días para ellos se queda. Dentro de veinte años alguien acercará la cara al espejo para descubrirse su primera arruga y no le joderá porque sabrá que fue de sonreír tanto aquellas noches de mayo. Desde que el Napoli ganó el Scudetto no dejan de suceder cosas especiales. El viernes por ejemplo, mientras las calles estallaban en el centro, nacía el primer bebé de esta era victoriosa en Ponticelli, el último barrio al este de la ciudad. Los de la radio dieron con el padre y les confesó que su hija se llamaría Azzurra. Y es que, quién más y quién menos, está viviendo este triunfo como unos padres cuando ven la cara de su hijo por primera vez. Son momentos en los que el objetivo más descabellado te parece posible. Mientras sostienes al tuyo envuelto en mantas, no puedes evitar imaginarle un futuro cojonudo.

Hace 17 años, Nápoles también celebraba. Tras dos años dando tumbos habían logrado abandonar la Serie C, la tercera categoría allí. Por el camino dejaban una quiebra, una refundación y un doble descenso como penitencia. De Laurentiis había rescatado al club de la muerte y poco a poco lo estaba resucitando. Para celebrar el ascenso, el presidente le pidió a la Federación que, ya que estaban, subiesen directamente al Napoli a la Serie A. “Sería un gesto”, explicaba, “meternos en Serie C fue un error de marketing por todo lo que representa esta ciudad”.

Conviene volver a aquel momento para ver cuánto ha crecido el club del Vesubio. De Laurentiis ha concedido muchas entrevistas estos días pero si ha hablado ha sido para prometer que nunca venderá a Osimhen, un delantero notable por el que media Europa puja cantidades millonarias. Los que soportaron aquella ocurrencia del presidente, los que animaron cuando el 10 lo llevaba el Pampa Sosa y voltearon bufandas por campitos regionales como el de la Juve Stabia apreciarán la diferencia.

La victoria del Napoli es una bofetada con dos trayectorias. Primero porque rompe con un cliché secular en Italia. A diferencia de los títulos inspirados por el genial Maradona, este Scudetto representa la fuerza de la organización y el trabajo serio. Todos los valores que han adornado siempre a los clubes del norte, los representa hoy el mayor equipo del sur. Son días de meterse la lengua en el culo para muchos y eso siempre es sano. Y además es un mensaje a los iluminados de la Superliga y el fútbol exclusivo. Han necesitado 17 años desde aquel ascenso a la B pero el Napoli ha subido la escalera. Es evidente que así, dal basso tiene más mérito y sabe mejor.