Nadie esperaba a Marc Aguado... ¿o sí?
El mediocentro se reserva un papel silencioso y trascendental al mismo tiempo en el Elche.
La sabiduría en el campo
El Elche es el notición de LaLiga. No se trata exclusivamente de su éxito resultadista, es más la manera de alcanzar esa notoriedad en la clasificación. En este punto de la temporada, conviene destacar que su progresión responde al convencimiento pleno de un entrenador y unos jugadores en una idea apasionante y competitiva. Marc Aguado (25 años) es una de las caras principales. Seguramente muchos no esperaban que su irrupción en Primera viniera acompañada de un rendimiento tan alto. Eder Sarabia no dudaba en ello. El entrenador que le dio la bienvenida al fútbol profesional en el Andorra y que no titubeó tampoco al recuperarle para el Elche cuando el Real Zaragoza, sometido en parte al juicio injusto de ser el hijo de una figura legendaria como Xavi Aguado, dejó de creer en él. Acierto de uno y error de otro. Entre tanto nombre propio en el Elche —Fort, Affengruber, Febas, Valera, Mir...—, Aguado desempeña un papel silencioso y trascendental al mismo tiempo. Es el jugador que ordena al equipo con y sin balón, atento siempre a las coberturas debido a su notable inteligencia posicional y con un crédito asociativo importante. En la goleada ante el Rayo Vallecano (4-0), el cierre de fiesta de un año glorioso para el club ilicitano, hizo un trabajo decisivo ante las apariciones entre líneas de Isi, ratificado también por los datos, con siete contribuciones defensivas. Aguado entiende el fútbol como pocos jugadores de la competición. Esa es su principal aportación en un Elche deslumbrante.
El jefe del área
Muy tocados Levante y Oviedo, a la espera de una reacción que no llega, la tercera plaza de descenso está más que abierta. Es por eso que cada triunfo ofrece un desahogo reparador. Fue lo que sintió Osasuna después de noquear al Alavés. Toni Martínez negó a su equipo lo que Budimir dio a los rojillos. Al final, la diferencia se estableció en el mazo de uno y otro. El doblete del jugador croata, de 34 años, remarca su posición entre los delanteros más influyentes. El -1-0 fue un gol de bandera, al alcance de pocos jugadores por cómo se atrevió a disparar y por cómo orientó el cuerpo para que el impacto con el balón fuera el mejor posible. Budimir es un seguro. Solo Hugo Duro (Valencia) presenta un mejor registro de oportunidades claras definidas que él, con un 57,2%; y de los equipos que no ocupan plaza europea, el de Osasuna es el punta con más toques en el área contraria (71).
Los avisos
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