Nadal, Bautista y la Davis

El pasado fin de semana tenístico dejó dos imágenes con protagonismo español muy distantes, sin aparente conexión, pero una vez entrelazadas despiertan un debate que proyecta a las Finales de la Copa Davis de Málaga, del 19 al 24 de noviembre, una fecha señalada para que España luche por su séptima Ensaladera y para que Rafa Nadal apure sus últimos raquetazos como profesional. Ya veremos si ambas cosas son compatibles. Una de esas imágenes nos muestra a Nadal en el Six Kings Slam, un torneo de exhibición sin valor deportivo, donde el español se enfrentó con esperadas derrotas ante Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. El resultado era lo de menos. El evento, en realidad, se vivió como la penúltima despedida a Rafa. Pero dentro de la pista evidenció que Nadal, aun con destellos de su indiscutible clase, se encuentra lejos de una versión competitiva.

La otra imagen, que gozó de menos foco, nos transporta a un torneo que sí era oficial, el ATP 250 de Amberes, donde Roberto Bautista levantó el trofeo de campeón. Hacía más de dos años que no lograba un título. Su éxito es un claro síntoma de que está terminando bien el curso, como pudo comprobarse también un mes antes, en la clasificatoria de la Davis en Valencia, donde ganó sus dos partidos individuales como número dos del equipo. El uno, obviamente, era Alcaraz.

El capitán, David Ferrer, encara una delicada decisión a un mes vista: ¿Nadal o Bautista para los individuales? Es una pregunta que se puede responder con el corazón: Nadal es Nadal. O con la cabeza: hoy es más competitivo Bautista. El balear, siempre honesto, ofrece dos pistas al respecto. Por un lado dice que si no se ve preparado, será el primero en dar un paso al lado. Hay que creerle. Pero, por otro, también asegura que dentro de cuatro semanas estará en mejor forma. Esa es la papeleta deportiva que deberá resolver Ferrer. O el propio Rafa para sellar su mejor final.