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Te levantarás, jabato.- Corría el minuto 93. Parte del personal ya se marchaba rumbo a sus coches y al transporte público para irse a casa con los deberes cumplidos. Un buen triunfo ante el Villarreal de Marcelino, que llegaba con muy buenos números fuera de casa y que amenazaba la segunda plaza del vigente campeón. Dos golazos en la mochila, todos desde la lejanía: Valverde y Vinicius. Portería a cero con Lunin en una noche plácida y sin grandes sobresaltos. Todo apuntaba a día feliz tras el bajonazo de Lille.

Era la respuesta firme del equipo. Aquí nadie iba a bajar los brazos. Pero el fútbol tiene un enemigo silencioso que resulta aborrecible. Las malditas lesiones. Le tocó esta vez a Dani Carvajal. Al gran capitán (junto a Modric). Al jabato con botas. Al barbudo espartano que nunca baja la guardia. Al tipo que ha ganado seis Champions siendo titular en todas las finales. Al mejor lateral derecho de la historia de España y del Real Madrid. El canterano que puso la primera piedra de Valdebebas. El chaval que representa todos los valores puros de esta camiseta sagrada.

En un balón dividido con Yeremy Pino (el canario no tuvo responsabilidad alguna al ser una jugada fortuita), al intentar golpear el leganense la pelota pateó al vacío, impactando con el jugador del Submarino Amarillo. La rodilla derecha le bailó de forma terrorífica. Su grito de dolor se escuchó hasta en la Plaza de Castilla. Silencio en el Bernabéu. Caras de máxima preocupación en todos los jugadores, cuerpo arbitral incluido. Los compañeros de Dani pidieron rápido la presencia de la camilla. Sabían que los gritos de dolor y las lágrimas de Carvajal no eran un brindis al sol. Lo conocen perfectamente. Carva es un gladiador y sólo abandona el campo de batalla si se rompe del todo. La escena tardaremos en olvidarla. Te esperamos, campeón.

El Halcón.- Cuando un rival que llegaba a un solo punto de tus costillas y con la sensación de poder hacerte daño, irrumpió el Halcón uruguayo para presentar una vez más sus credenciales. Una jugada de la pizarra de Ancelotti dio pie al chutazo del charrúa desde la frontal del área, que acabó batiendo a Diego Conde, el portero de moda. Cierto que Álex Baena, enemigo íntimo de Fede, repunta la pelota al intentar bloquear el disparo, pero el caso es que Valverde tiene dinamita y cada que tira de lejos tiemblan los cimientos de los rivales. Metió su golazo con el 8 a la espalda, con Toni Kroos aplaudiéndole desde un palco VIP en el regreso del alemán al santuario de sus últimas pinceladas futbolísticas.

Vini, Balón de Oro.- A medida que se acerca la Gala de France Football de París (28 de octubre) se va asumiendo con alegría que Vinicius tiene todo en la mano para ser el próximo ganador del Balón de Oro. El brasileño sigue mejorando su repertorio de juego, en el que va añadiendo su disparo desde 25 metros. A Conde lo batió con un derechazo descomunal que entró por la escuadra de un Villarreal que a partir de ahí entregó la cuchara. Vini, tu espera llega a su fin. The winner is... Vini.

Rachas triunfales.- El luto por la derrota de Lille caducó a las 24 horas (frase felizmente acuñada en su día por el maestro Jorge Valdano tras el Centenariazo de la final de Copa de 2002) y por eso el Madrid consumó una victoria terapéutica y necesaria para seguir batiendo récords. Nada menos que 38 partidos seguidos sin perder en el Bernabéu (precisamente el último verdugo fue el Villarreal). Y 41 encuentros consecutivos sin perder un partido de Liga, a solo dos del récord del Barça (43). Tras el parón, hay que resistir en Vigo ante el Celta y asaltar el Clásico del Bernabéu (26-O) a lo grande. Al loro amigos, que no estamos tan mal. Me lo recuerda Iván López Montejano, un crío de 8 añitos que visitó el Bernabéu por primera vez. Grande.

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