Mr. Alonso & Xabi 14
Igual que le sucedía como centrocampista, su honestidad profesional es garantía de fiabilidad.
Xabi Alonso se sentó pocas veces en el banquillo del Bernabéu, pero hubo una inolvidable. Volvía después de una lesión. En los minutos finales salió del banquillo a calentar y comenzó el espectáculo. Brazos, cadera, rodilla, cuello, tobillos. La agitación del 14 en la banda era tal que el público desatendió lo que pasaba en el rectángulo para fijar la mirada en el remolino de la zona de calentamiento. Jamás se había visto a un jugador prepararse con ese nivel de excitación. Sería la falta de costumbre de ser suplente o las ganas de volver, pero su actitud correspondía con la imagen que Xabi Alonso representó durante toda su etapa como madridista. Un excelente jugador, responsable, competitivo y con liderazgo. Xabi Alonso era para mis nervios pesimistas una garantía de estabilidad como lo habían sido previamente Redondo, Hierro o Raúl. Con ellos en el campo uno estaba tranquilo. Después les sucedió Kroos y el principal defecto del equipo que hoy se estrena es la carencia de un líder semejante.
La última vez que el 14 pisó el césped de Chamartín fue en una eliminatoria en 2017 contra el Bayern Múnich. Su equipo perdió contra el Real Madrid de Zidane y Cristiano, pero Xabi se quedó al final en el centro del campo para citarse con su público para el futuro. Todos los que le disfrutamos como deportista sabíamos que llegaría el día de su vuelta. Y así como otros mitos generan dudas al cambiar su rol a entrenadores, con él no hay incógnitas. Podrá ganar más o menos pero igual que le sucedía como centrocampista su honestidad profesional es una garantía de fiabilidad. Cumplirá sin aparente esfuerzo con lo que se espera de un entrenador del Real Madrid. El protagonismo para los jugadores, la institución elegante por encima del ventajismo en las ruedas de prensa y la presentación en el campo de un equipo con personalidad propia.
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Mientras escribo esta optimista previa de la era del míster Xabi Alonso me tiemblan las piernas. Pero pienso en aquel calentamiento y retorna la seguridad.
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