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Militao y Lunin derrapan en la última curva

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Algunas cosas no cambian en el Real Madrid, pero otras giraron en casa del Villarreal, escenario de un partido peculiar. El 4-4 obligó a pensar en un encuentro de fin de temporada, de jugadores relajados y goles a mansalva. Desde la otra vertiente, los dos equipos jugaron con orgullo, uno desde la posición del líder que sólo ha perdido una vez en el campeonato, el otro en pleno acelerón en busca del puesto en Europa. En medio, dos frágiles defensas, inesperada la del Real Madrid, que encajaba menos de un gol en el promedio de la temporada. Al fondo, la final de la Copa de Europa, cada vez más próxima para unos y más alejada para otros. Todo indica que Lunin y Militao no serán titulares en Wembley.

Al portero le hace daño el bolsón de goles que recibió. Cuatro son muchos, suenan mal para un portero. Importa menos la responsabilidad, no excesiva en este caso, que la cifra. En caso de goleada, se resiente el crédito del guardameta. Lunin venía de la suplencia frente al Alavés y el entusiasmo de la hinchada con Courtois, que respondió a varios remates con la categoría de costumbre.

Courtois ha regresado sin señales visibles de problemas. Casi nueve meses de ausencia y ha trasladado una gran impresión de seguridad. Contra esa evidencia, no hay entrenador que se resista. Si a esa realidad se agrega su bien ganado prestigio, las probabilidades de Courtois en la alineación de Wembley son altísimas. A Lunin, que ha completado una espléndida temporada, el resultado abultado de Villarreal le emborrona el papel.

Militao también ha regresado. El defensa más acreditado del Real Madrid en la última temporada sufre ahora para afirmarse en el campo. Si Courtois ha respondido mejor de lo esperado a la rotura de ligamentos de su rodilla y una operación de menisco, Militao está lejos de mostrarse como el central imperativo y veloz que tantos elogios recibió en el pasado campeonato.

Sorloth, un delantero en el molde de los arietes escandinavos, confirmó que disfruta en el Villarreal y en el sistema que utiliza Marcelino. Entre otras cosas, es el jugador que echa en falta la Real Sociedad, donde funcionó mucho mejor que los delanteros actuales. Militao pasó un calvario con el noruego. No le aguantó en ninguna faceta: ni en el juego de espaldas, ni los desmarques, ni en las carreras. Tampoco en el juego aéreo, pero ahí ya se sospechaba un combate duro.

El encuentro cerró un par de especulaciones, Lunin y Militao, y abrió nuevas conversaciones con respecto a otros jugadores. Güler marcó dos goles y los otros se los repartieron Joselu y Lucas Vázquez. Los suplentes anotan goles a porrillo. Güler lleva seis en cuatro partidos. Cada remate es un gol. ¡Y qué goles! Jugador exquisito, tiene un láser en la zurda. Apunta y ajusta el tiro con una precisión asombrosa. Remates ágiles, venenosos, de gran pureza en la pegada.

La gente empieza a preguntarse por el futuro del chico. Güler gusta al personal. Más que eso, desea verle, quiere que juegue, disfruta con sus habilidades. Es un caso palmario de conexión jugador-público. El caso es que Güler tiene 19 años y se encuentra en una encrucijada difícil de resolver. El Madrid añadirá a Mbappé y el brasileño Endrick a una delantera que ya cuenta con Vinicius, Rodrygo, Brahim y Joselu (18 goles le contemplan). Exceso de equipaje se llama a esa figura. Para Güler puede representar un obstáculo casi insalvable. No necesita minutos. Necesita partidos, titularidades y confianza. No es lo que se adivina ahora mismo.

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