‘Mili’, el eslabón necesario


Su estética excéntrica esconde a un futbolista más sobrio de lo que parece. Éder Militao ya está aquí de nuevo, dos roturas de cruzado superadas, y puede ser la brújula que necesita el Madrid en su encrucijada de centrales. La que va de un Huijsen (20 años) más que ilusionante a un Rüdiger (32) más descontrolado que de costumbre (su vergonzosa final de Copa, el impropio fallo contra el PSG en Nueva Jersey...). En medio, Tchouameni (25) probando como eje en una zaga de tres centrales pero aún sin saber si saldrá airoso a largo plazo. Azorado anda Asencio (22) tras su calamitosa experiencia en el Mundial de Clubes. ¿Y qué hay de Alaba? Pues que el club llegó a decirle, a sus 33 años, que era el sexto central. Éder es por edad (27) y condiciones de juego, el eslabón necesario entre Dean y Antonio. Más limpio con la pelota que el Loco alemán y con más experiencia en partidos de campanillas que el recién llegado internacional español. Cemento para posibles fisuras.
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Los numerosos tatuajes de Militao no se borran y tampoco convendría que en la memoria del madridismo se disolviera la relevancia y exuberancia del zaguero carioca en aquel doblete Liga-Champions de la 2021-22. Sí, entre aquello y ahora hubo ese infausto doblete de roturas de cruzado. Pero demostró acortando plazos de la última de ellas para estar en el Mundial de Clubes que no es frágil. Está recuperado. Un talento, y eso no se pierde, capaz de marcar la diferencia.
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