Considero a Gil Marín una persona tranquila, con los pies en el suelo, que medita bien las cosas. Muy alejado de la manera de comportarse que tenía su padre, quien era un volcán. El consejero delegado del Atlético ha vuelto a saltar a escena tras el encuentro del Bernabéu y el arbitraje de Gil Manzano. Me imagino que exárbitros, exjugadores del Real Madrid y gente afín al club madridista saldrán a tildar a Gil Marín de no sé cuántas cosas. El dirigente vuelve a exponer el hartazgo que tiene el Atlético en los derbis y los arbitrajes. El club ya se ve rebasado y una persona alejada de los medios como el mandatario rojiblanco vuelve a mostrar su malestar. El balance sólo esta temporada es de tres expulsiones en tres partidos, dos de LaLiga y uno de Copa. A expulsado por partido. En encuentros de guante blanco. El del Bernabéu no tuvo ni una entrada fea, ni una entrada a destiempo. Buena disposición entre todos. Gil Manzano ‘esperó’ el momento para expulsar a Correa (jugador ya se sabe que físicamente es muy corpulento y capaz de tumbar a un defensa de casi dos metros). Hasta en el Bernabéu (y quien esto firma estuvo en el partido) los aficionados madridistas se tomaron a broma la expulsión. “Rigurosa”, “exagerada”, fueron los términos expresados por excolegiados y por prensa en la expulsión de Correa.
En Copa le tocó a Savic, en esta ocasión con Soto Grado de protagonista, a quien se le encogió la mano ante Ceballos y algunas otras entradas de jugadores del Real Madrid. La opinión generalizada, por decirlo de alguna manera, es que el colegiado le perdonó la amarilla. No hubo muchas dudas al respecto. Soto Grado, por cierto, que tuvo una desagradable ‘experiencia’ con el Atlético en San Sebastián en el inicio de LaLiga. Lo de Gil Manzano con el Atlético es para escribir un libro. Por eso digo que con el colegiado extremeño y el Atlético uno se teme lo peor y es a Medina Cantalejo al que hay que pedirle explicaciones. En el partido liguero del Metropolitano (en un choque que sí fue calentito), le tocó el turno a Hermoso cuando más de un madridista también sacó el brazo a pasear.
Un apunte: al Atlético no le han señalado ¡ni un penalti a favor¡ en lo que llevamos de LaLiga. Ni un penalti. Parece cuanto menos extraño. El Atlético está harto. Su consejero delegado, su entrenador, sus jugadores (alguien tan calmado como Oblak puso el dedo en la llaga) y su afición. HARTAZGO.,
Muchos afines al Real Madrid dirán aquello de que el Atlético se comporta como un equipo pequeño. El club rojiblanco intenta defender lo suyo frente a la indefensión que siente. Y mejor rajar como el Atlético que callarse como el Madrid. Ante un escándalo como el Barçagate ha sido la única entidad que no se ha posicionado al lado de los demás clubes de Primera. Ver para creer. Aunque quizás al no hacerlo se vea recompensado y pasen cosas como las que sucedieron en el Bernabéu y en otros tantos derbis. Sólo quizás.