Mbappé sólo piensa en el Madrid...
El pasado domingo decidí, bajo los efluvios eufóricos del sábado de gloria vikinga disfrutado gracias al Villarreal, a la dimisión en diferido de Xavi y a la remontada en Las Palmas, ponerme a ver el PSG-Brest. Ya saben que mi pasión por Mbappé se difuminó tras dejarnos colgados en el altar, con todos los invitados ya dentro de la iglesia, en mayo de 2022. Aún así y ante la posibilidad de que finalmente termine aterrizando en el Bernabéu, opté por contemplar el partido de París para evaluar en qué estado de forma está.
El Brest es un buen equipo de la Ligue 1 (marcha tercero) y pensé que Kylian sería la estrella del partido. Ingenuo de mí. Lo mejor lo protagonizó, con mucha diferencia, nuestro Marco Asensio. El balear metió un buen gol y participó de una u otra forma en las mejores jugadas de ataque de la tropa de Luis Enrique. El Brest supo reaccionar tras un 2-0 en contra (por cierto, ninguno de ellos de Mbappé) y acabó empatando el partido para estupor de todos...
Lo más increíble es que no vi a Mbappé echándose a su equipo a la espalda buscando el gol de la victoria, algo a lo que el Madrid nos tiene muy acostumbrados (¡van 10 remontadas esta temporada!). Apenas un par de carreras sin final feliz, ningún remate franco a gol y muchas lagunas en su partido, con tramos amplios sin apenas intervenir en el juego. Como sé que es muy bueno, llegué a la conclusión de que lo mismo ha decidido venir al Madrid y ya está reservándose para ese momento. Porque si pienso que su estado de forma es lo que se vio, que vaya quitando ceros a su pretendida ficha anual. Bellingham es bastante mejor que él...