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Máxima presión para el Madrid

Un triplazo de Kevin Punter en el último segundo del primer partido del playoff de la Euroliga ha cambiado por completo el pronóstico inicial. El Real Madrid recibe este jueves al Partizán en el Palacio con la máxima presión de su parte, con el compromiso de ganar, sí o sí, para no viajar al infierno de Belgrado con un 0-2 imposible. No hay peor resultado. El choque del martes fue igualadísimo, vibrante, con múltiples alternativas, y pudo decantarse para cualquier lado. Pero la jugada decisiva sonrió a los de Zeljko Obradovic, en una acción individual de mucho mérito, y ahora hay que construir la eliminatoria con otro discurso. El Madrid ha perdido el factor cancha, por lo que ya sabe que tendrá que ganar al menos uno en el Arena, donde el público aprieta tanto como sus talentosos jugadores. Si ya es difícil ganar un partido en la capital de Serbia, tener que sumar dos victorias es un auténtico milagro. Esto es deporte, claro, y en el deporte existen los milagros. Pero también las realidades.

El Partizán puede permitirse disputar este segundo partido sin el peso de la responsabilidad, mientras que el Madrid ya ha agotado un salvavidas y carga con la losa de la obligación. Para colmo, los de Chus Mateo llegan tocados a la cita en una posición delicada, la de pívot. Edy Tavares tuvo que abandonar el primer encuentro con una rodilla maltrecha en el minuto 23, cuando sus dígitos ya registraban 20 de valoración. Tavares es medio Madrid. O casi. Como remate, el otro center del equipo, Vincent Poirier, está convaleciente de una apendicitis. Las pruebas médicas han descartado una lesión grave del caboverdiano, pero aun así es duda para hoy. La merma es evidente para los blancos. Hace dos años, Tavares faltó a tres partidos en la eliminación de cuartos ante el Efes. Sin él, todo es más difícil. La Final Four se ha puesto cuesta arriba.