Más allá del efecto Qatar en el Real Madrid
Pasó el Mundial y la pregunta se mantiene, o sigue sin una respuesta satisfactoria. ¿Cómo afectará el parón de un mes a las competiciones nacionales?, era la pregunta del millón antes del festival en Qatar. Probablemente de cien maneras diferentes, en ocasiones de manera real y otras sólo ficticias, como simples coartadas para explicar la alteración que sufren algunos equipos. El Real Madrid, por ejemplo.
Desde la final de la Copa del Mundo, el Madrid ha disputado tres partidos. Dos victorias -frente al Valladolid en la Liga y el Cacereño en la Copa del Rey- y una derrota, el sábado con el Villarreal. El balance dice menos del estado del equipo que las sospechas que levanta su rendimiento. En los tres casos, faltó la armonía que tanto destacó los partidos de octubre y se observaron errores inexplicables en el capítulo defensivo, salvo que se tome el Mundial como excusa.
Quizás se trate de una coartada falsa, pero funciona en su simplicidad. El caso es que algo no funciona como se esperaba en el Real Madrid y la responsabilidad se traslada al efecto Mundial. Es tan viejo como el fútbol: respuestas sencillas a cuestiones complejas. El caso es que el equipo ha perdido el aire autoritario de las primeras semanas en la Liga, aunque los más escépticos con las consecuencias del Mundial recuerdan que el Madrid ofreció algunos signos de debilidad en las tres jornadas previas al inicio de Qatar 2022.
Antes. El Madrid empató con el Girona en el Bernabéu, perdió con el Rayo en Vallecas y derrotó con brillo al Cádiz (2-1), además del patinazo en la Liga de Campeones frente al RB Leipzig. Si ahora se justifica el rendimiento por el síndrome post Mundial, entonces se hablaba de un descenso en el rendimiento por la cuidadosa aproximación de los jugadores a la gran cita de Qatar, razón que en el Madrid se pretendía justificar por la amplia presencia de sus futbolistas en las selecciones.
Dos coartadas, reales o figuradas, que se utilizan para explicar la trayectoria del equipo desde finales a octubre hasta aquí. Por lo tanto, el Madrid estaría ante problemas coyunturales, con capacidad de respuesta más o menos rápida. Los síntomas no descartan, sin embargo, déficits estructurales, especialmente preocupantes en el ámbito defensivo. En Villarreal se hizo patente un asunto que el club tratará de resolver este verano: el fichaje de un lateral derecho para consolidar una posición que flojea por diversas razones.
Carvajal, heroico en la final de la Copa de Europa, comienza a emitir señales de desgaste. Afectado por recurrentes lesiones musculares, su fiabilidad ha decrecido. Lucas Vázquez, jugador impagable que se ajusta a todas las peticiones de Ancelotti, ha cumplido 31 años. Es un suplente que juega como un campeón, no el titular del próximo futuro, razón del casting que el técnico italiano ha abierto para ocupar una plaza circunstancial en el lateral derecho.
Dos centrales, Militao y Rüdiger, aparecen con alguna frecuencia en la posición exterior de la defensa, el brasileño por lo general en la derecha y el alemán de vez en cuando por la izquierda, donde Mendy envía señales decepcionantes y obliga a pensar en otra búsqueda en el mercado de verano, ésta en el lado izquierdo de la zaga.
Estos problemas rebasan el efecto Qatar. Son parte del discurrir de los equipos temporada tras temporada. Al Real Madrid le sobran jugadores de gran categoría, pero no es inmune a las rendijas que clarean en el edificio de la plantilla. Se manifestaban antes del Mundial y se detectan después.