Márquez está tieso
Jorge Martín, el líder del Mundial de MotoGP, logró este sábado frenar la sangría que había colocado al vigente bicampeón, Francesco Bagnaia, a 10 puntos de la cabeza. Ahora se encuentra a 15, no son muchos más, pero al menos el español ha conseguido cortar una racha triunfal de su rival que duraba cinco carreras consecutivas, tres largas y dos esprints, y dos fines de semana perfectos, los enlazados en Mugello y Assen. El madrileño ha dado un golpe de autoridad en un circuito, Sachsenring, donde ya completó el doblete el pasado año, que aspira a igualar este domingo en la prueba reina, antes de que el motociclismo vuelva a parar otro mes. Las cancelaciones de junio han otorgado dos periodos de vacaciones. Afortunados pilotos.
Martín domina. Y Marc Márquez sufre. El GP de Alemania ha sido un escenario históricamente favorable para el catalán, donde ha vencido en once ocasiones, ocho de ellas en la categoría de MotoGP. Este año venía con buenas sensaciones sobre su Ducati Gresini, se veía rápido, pero una escalofriante caída en las sesiones del viernes le han dejado “tieso”, en sus propias palabras, y al borde de la retirada, con un dedo fracturado y un costado magullado, y con el dolor contenido con una morterada de analgésicos. La carrera de Márquez es una montaña rusa en los últimos tiempos. Después del accidentado final de una era sobre la indomable Honda, el octocampeón mundial había recuperado la sonrisa en el satélite Gresini. Paradójicamente, justo después de confirmarse su asiento oficial en Ducati para 2025, ha sido cuando han regresado las caídas desde Assen, para interrumpir sus regulares podios. Este sábado, a pesar del dolor, avanzó desde la 13ª a la sexta posición. Una remontada marca de la casa. Aunque vivir siempre de remontadas es, quizá, un alambre demasiado fino por el que un campeón de su clase no debería hacer tantos equilibrismos.